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El coronavirus ha hecho mella en la salud de los adultos, pero también en la de los más pequeños. Según los expertos, ha sido a raíz de esta crisis cuando más se han empezado a manifestar las pesadillas, los terrores nocturnos o la dificultad para ... conciliar el sueño en los niños. La psicóloga Lucía García habla con LA GACETA sobre los efectos secundarios que puede tener este trastorno desde la experiencia, entre los que pueden figurar los problemas de memoria, el sobrepeso o la depresión, manifestándose a largo plazo. Fue a raíz del nacimiento de su bebé cuando se topó con la realidad contra la que luchan decenas de familias y, por este motivo, empezó a trabajar como asesora de sueño infantil bajo el lema 'Calma el caos', teniendo en cuenta que la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha determinado que, en España, al menos un 20% de los niños tienen dificultades para dormir a lo largo de su desarrollo.
¿Cómo empezó a ser asesora de sueño para bebés?
—Yo estudié Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Siempre me gustó mucho el mundo infantil y, cuando fui madre, me topé con las dificultades que viven muchas familias, entre las que destaca lo mucho que tardan algunos niños en conciliar el sueño. Entonces, huyendo de patologías y de la psicología clínica, decidí especializarme en este ámbito. No puede ser que, cuando un bebé no duerma, digamos lo típico de 'Deja que llore, que ya se cansará y dormirá'. Hay que estudiar con profundidad por qué no duerme ese bebé. Me saqué la certificación y, a raíz de ahí, empecé a tratar con muchas familias, con mujeres embarazadas, con madres de recién nacidos...
¿Qué pasos hay que seguir para que un bebé duerma bien?
—Lo primero que se necesita es tener unas expectativas realistas. Una vez que sabemos cuánto debería estar durmiendo un niño según la edad que tiene y las necesidades que presenta, ya nos podemos plantear unos pasos determinados. Debemos saber que, a veces, los más pequeños están irascibles porque necesitan dormir más o que también puede suceder todo lo contrario. A raíz de ahí, podemos profundizar en su rutina de alimentación, que también influye mucho en la conciliación del sueño. Un bebé se acuesta sobrecansado. Por eso, es vital que modifiquemos un poco sus rutinas, sus horarios... Como padres, debemos adaptarnos a sus necesidades para que puedan enlazar un ciclo de sueño con el siguiente.
¿Cómo afecta la falta de sueño al cerebro de los bebés?
—La falta de sueño es algo muy serio. En los niños, sobre todo, puede repercutir en su forma de aprender y en la forma que tienen de comportarse. Cuando un niño no duerme bien, tiene más rabietas. Si nosotros, siendo adultos, nos ponemos de mal humor porque no dormimos, imagínate un niño. Si un bebé vive muy sobrecansado, tiene unos niveles de cortisol muy altos, lo cual hace que estos pequeños se bloqueen. Para evitar que suceda esto, los bebés han de dormir unas 11 horas, además de sus siestas.
¿Qué consejos da como psicóloga a los padres de bebés para enseñarles a dormir bien?
—En primer lugar, hay que confiar en que tu bebé sabe dormir porque ha nacido sabiendo dormir. Después, hay que observarles y darles un poco lo que necesitan en cada momento. Si observamos a un bebé y lo ponemos a dormir en el momento, eso significa que ese bebé realmente tiene sueño. De ahí que vaya a conciliar el sueño antes de lo previsto. También resulta trascendental que haya un ritual previo. Esto es muy importante. Hay que acostumbrar al cuerpo de los bebés para que, cuando estos pequeños quieran dormir, sepan el paso por el que les toca pasar antes de hacerlo. Es importante cuidar las rutinas del sueño para proteger el cerebro de los más pequeños.
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