Jimena Olivar ha entrado este año a estudiar en la Universidad de Salamanca y lo ha recibido como un «alivio» al abandonar una etapa escolar en la que hay muchas malas experiencias, incluidos varios episodios de bullying de los que trata de esquivar entre sus recuerdos. Tiene altas capacidades y superdotación y reconoce que tiene una «parte emocional» que nunca se ha sabido abordar desde el tema educativo. «Solo el hecho de tener el título de superdotado ya supone un problema» y por ello pide «romper con los mitos» como que estén asociados los 'dieces' a las personas con altas capacidades y que siempre se les acuse de «querer llamar la atención».
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En su caso, carga contra un sector educativo que es «muy poco sensible» con los alumnos con altas capacidades y reconoce que una de las partes que más daño le hizo fueron desde los profesionales de la enseñanza. «Yo he tenido casos de bullying en una etapa muy mala en mi vida que trato de olvidar, pero muchas veces viene dado por incentivación de profesores los que atacan contra ti y sueltan sus comentarios que avalan al resto de compañeros a atacarte», reconoce.
Su hermano, Eloy, se encuentra actualmente cursando 3º de la ESO y, aunque fue diagnosticado mucho antes que su hermana, relata cómo «la desmotivación envuelve su día a día». «Es un poco duro porque en las clases lo que más siento es aburrimiento y poca motivación. Apenas voy con ganas al instituto», lamenta sobre un día a día que califica como «desanimado». «Voy sin ganas. Si estuviera más motivado me levantaría con ganas y me iría con más ganas a la cama», incide. A diferencia de su hermana, reconoce que la relación con sus compañeros es buena.
Hugo López, al igual que Jimena, acaba de entrar en la Universidad de Salamanca para estudiar Historia. Considera que su etapa educativa ha sido «complicada» ya que el diagnóstico de altas capacidades no le llegó hasta hace menos de un año. «A veces es duro y complicado porque estás en un entorno que no saben entenderte, tratarte y cuidarte», asume. Por ello, señala la importancia de estas jornadas para visibilizar a las personas con altas capacidades. Sobre su paso por el colegio, recuerda que ha tenido profesores «muy buenos» que han sido capaces de motivarle y, en otros casos, la experiencia ha sido negativa. «Creo que depende de la suerte —asume— que sepan dar con lo que te pasa y, a veces, es duro porque encuentras profesores que no quieren entenderte y te van a dificultar la vida todo lo que puedan». Sin embargo, en su memoria y ya en una nueva etapa universitaria se queda con aquellos que «tratan de iluminarte con su luz». «A mí desde luego todos esos profesores no se me olvidan».
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