La atención a personas sin hogar y vulnerables con problemas mentales se extiende a la provincia

'Ranquines' fue el principal proyecto que surgió de la Asamblea Diocesana para dar una respuesta continua al vacío de atención a personas en situación de exclusión social con problemas de salud mental. La Diócesis mantiene esta iniciativa, coordinada por Cáritas, bajo sus oraciones y destinará todas las colectas del Miércoles de Ceniza para el mantenimiento de un proyecto que sigue cumpliendo metas.

Durante el pasado año se atendieron a 84 personas que se encontraban en situación de exclusión y la mayoría (85%) permanecieron más de tres meses haciendo el proceso en el centro, un tiempo que, según detalla el psicólogo Francisco Iglesias, cada vez se alarga más. El centro tiene una capacidad para 40 personas de forma simultánea, aunque suele atender a una media de 20 diarias.«Hay personas que mantienen su estancia en el tiempo de forma más crónica y cada vez necesitamos hacer una atención más individualizada», detalla el profesional que incide en que el acompañamiento es «clave» en unos perfiles muy marcados: personas sin hogar o en situación de exclusión mayores de 45 años que residen en viviendas precarias; mujeres víctimas de violencia y desigualdad de género en el que las enfermedades mentales fueron consecuencia del maltrato o un factor previo que las dejó más vulnerables ante esas agresiones; inmigrantes con algún tipo de trastorno mental grave, con años de estancia en el país y sin poder regularizar su situación; o personas recién salidas de la cárcel. En este sentido, los profesionales señalan que en muchas ocasiones estos tres perfiles se juntan en la misma persona.

El proyecto ha decidido dar un paso más y ampliar su atención a grandes núcleos de población de la provincia donde los problemas de salud mental y la exclusión social se ven mucho más agravados. El primer paso para avanzar hacia este proyecto fue la aportación de la Fundación Inés Luna Terrero para la adquisición de una furgoneta que permitiese ampliar esta atención a otras zonas de la provincia, más allá de los Padres Paúles donde desempeñan su actividad principal. Los primeros pasos se darán en las comarcas de Peñaranda y Guijuelo donde los profesionales ya han realizado varias visitas y han contactado con los diferentes equipos de Cáritas y las parroquias para poder atender a las personas en situación de exclusión y con problemas de salud mental de una forma adecuada. «Queremos dar cabida a una población bastante desasistida en la provincia. Los principales problemas que se sufren en los pueblos son los problemas de salud mental no diagnosticados, y por lo tanto, no tratados; la soledad y el aislamiento; la dificultad de acceso a los servicios de salud y servicios sociales y el mayor estigma social que se arrastra en las zonas rurales.

La atención del proyecto 'Ranquines' no se limita solo a la atención en los Padres Paúles. Durante el último año también se ha realizado un acompañamiento activo a personas en situación de exclusión social con problemas de salud mental a través de pisos supervisados por profesionales. Durante el pasado año, 14 personas convivieron en 4 pisos tras un trabajo previo de convivencia, hábitos saludables, hábitos domésticos, integración comunitaria y la importancia de la adherencia al tratamiento farmacológico para que sean los propios usuarios los que manejen la medicación. También se desarrolló un trabajo de intervención en crisis, conflictos o problemas que acarree la propia convivencia. Esta situación se da porque en el 60% de los casos atendidos en 'Ranquines' tienen problemas de vivienda, bien porque carecen de ella, bien porque viven en una casa inadecuada o insegura.

84 fueron las personas atendidas en el centro de día de salud mental 'Ranquines' durante el pasado año. El proyecto es coordinado por Cáritas y cuenta con la participación de la Diócesis de Salamanca, los Padres Paúles (en cuyo edificio de Santa Marta se ubica el centro), las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, Hijas de la Caridad, El Milagro de San José, Religiosas de los Sagrados Corazones y Jesuitinas.

40 son las plazas simultáneas que tiene el centro donde se prestan servicios complementarios para las necesidades básicas (aseo, alimentación, lavandería y transporte) y rehabilitación psicosocial y apoyo comunitario. El equipo está formado por un coordinador (José Manuel Lázaro), 2 psicólogos (Francisco Iglesias y Gema Romero), una educadora social (Ana Espada), un trabajador social (Álex Rodríguez) y la participación de 18 voluntarios.

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