Un grupo de personas «brinda» por la llegada del año 2014 tras unas accidentadas campanadas en la Plaza Mayor de Salamanca.

El año que no hubo campanadas en Salamanca

En la Nochevieja del 2013, el reloj del Ayuntamiento se averió a mediodía, no dio tiempo a repararlo y las miles de personas reunidas escucharon las doce campanas por la megafonía de un coche de la Policía Local

Celia Luis

Salamanca

Domingo, 31 de diciembre 2023, 19:02

Las doce campanas de la Nochevieja del año 2013 se vivieron de una manera diferente en la Plaza Mayor de Salamanca. Miles de personas que se concentraron en el ágora para dar la bienvenida al año nuevo vivieron una situación de la que no se recuerdan precedentes.

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Una avería en el reloj de la espadaña del Ayuntamiento hizo que el ritmo de las doce uvas sonara a través de la megafonía de un coche de la Policía Local que, sintonizando una emisora de radio, se ofreció para paliar una avería de última hora.

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El problema fue detectado la mediodía del día 31, y pese a que el relojero— Jesús Cascón— y los técnicos se afanaron en tener la reparación a tiempo, incluyendo la sustitución de un conector quemado, no fue posible detectar el origen de la avería. Anteriormente, el reloj ya venía arrastrando problemas derivados de la renovación del sistema eléctrico que lo hacía funcionar, y que originó también retrasos durante el puente de la Constitución.

Pese al fiasco, el buen ambiente que reinó en la Plaza para despedir el 2013 con alegría dejó la avería en mera anécdota para los presentes, que celebraron las campanadas que sonaban desde el coche de la policía y que se dejaron oír a duras penas, debido al bullicio del ambiente.

La nevada que paralizó la ciudad

Una espectacular nevada en el fin de año del 2020 dejó a miles de personas sin tomar las uvas en la Plaza, una circunstancia inédita que se vivió por tercera vez. En el año 2009 por desavenencias entre la empresa organizadora y el Ayuntamiento y hace 25 años, en la Nochevieja de 1998 cuando otra monumental nevada dejó colapsada la capital e impidió la celebración.

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La copiosa nevada—la más importante en las últimas décadas— dejó varios barrios de Salamanca sin luz después de que la red eléctrica de la zona norte se viera afectada por el temporal. Los vecinos de las avenidas de Federico Anaya, Portugal y la calle Van Dyck fueron los más damnificados por la situación. Como consecuencia, solo unos pocos se atrevieron a caminar vestidos de gala por los adoquines de una ciudad que ese año se vistió con un 'traje' bien distinto: sin multitudes y cubierta por un denso manto blanco.

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