El choque para la historia que Unionistas y FC Barcelona disputan este jueves a partir de las 19:30 horas en el estadio Reina Sofía tiene todas las aristas posibles. Pero de entre todas ellas, la de mayor calado y trascendencia es evidentemente la deportiva. Este cara a cara con uno de los clubes más grandes de la historia del fútbol ha sido solamente posible porque el equipo de Dani Ponz se lo ha ganado en el campo.
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Si hay un momento mejor —entiéndase la expresión— para enfrentarse a un equipo de la talla del conjunto azulgrana, parece que es este. El equipo de Xavi Hernández aterriza en Salamanca arrasado por el Real Madrid en la final de la Supercopa de España (4-1), plagado de dudas, y, sobre todo, de bajas en la zona defensiva. El equipo blaugrana se presenta en el Reina Sofía tan solo con tres jugadores del primer equipo especialistas en esa zona: Koundé (que firmó un choque de dura digestión frente al Real Madrid, quedando retratado en casi todas las acciones ofensivas blancas), Christensen y Alejandro Balde, que a día de hoy no es la sombra de jugador que maravilló el pasado curso por su alegría y largo recorrido partiendo desde la banda izquierda. La lista de bajas es desoladora en este apartado para el conjunto culé: Araujo cumplirá la sanción por la roja en la Supercopa, y Cancelo, Marcos Alonso, Iñigo Martínez y Marc Andrés Ter Stegen están lesionados. Como Gavi y Raphina. La lista de ausencias hoy en Salamanca la completa Lamine Yamal, que se pierde el partido por una sanción de la Copa pero de juveniles.
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De este modo, la cantera aparece al rescate de una zaga que suma 22 goles encajados en Liga, número que contrasta con lo mismo hecho por estos jugadores tan solo una temporada antes, cuando a estas alturas de competición solo había concedido siete.
En el centro del campo, que es marca de la casa desde Cruyff en el conjunto azulgrana, Xavi tiene que decidir entre calidad y reparto de minutos. Y lo mismo sucede en ataque. En estas dos líneas la artillería es muy pesada. Pese a la zozobra generada en torno al equipo, los nombres por sí mismo dan vértigo.
Unionistas hay dos cosas en las que le gana al Barça de partida: en ilusión, que es desbordante por el simple hecho de haber sido capaz de ganar a un Primera División por primera vez en su vida —y no solo fue justo el pase en los penaltis, sino que debió hacerlo en los 120 minutos de juego—; y en la manera de presentarse al partido de hoy.
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A diferencia del conjunto dirigido por Xavi Hernández, los pupilos de Dani Ponz aterrizan en un escenario de ensueño sin conocer otra cosa en el año 2024 que la victoria. Ganaron al Villarreal en los dieciseisavos de Copa, ganaron al Rayo Majadahonda en la Liga y ganaron al filial del FC Barcelona en el primer encuentro del año, en un aviso a navegantes. Marc Casadó y Pau Víctor, que hoy estarán en el Reina, lo saben bien.
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