Álex Caramelo, nuevo jugador del Salamanca UDS

«Las cosas han cambiado, el Salamanca va para arriba»

Un pellizco le sobrevino a Álex Caramelo (28 años) en las entrañas el pasado domingo 4 de junio cuando Castro Alarcón pitó el final por el ascenso en el estadio Helmántico: Salamanca UDS, 1 - Sant Andreu, 2. El conjunto blanquinegro se quedaba un año más en el infierno de la Tercera Federación, que es una Liga a años luz del nivel dado durante toda la temporada por el pichichi del CD Guijuelo una categoría por encima —su nombre cierra el top 15 de goleadores del Grupo 1—. Sin embargo, algo había hecho clic. 20 días después de haberse quedado en mute al salir del estadio ha dicho esta boca es mía: «Vuelvo a casa, estoy en una nube».

Y esa nube no tiene otra explicación que afirmar que usted quiere, sin condición, al Salamanca UDS.

—La verdad es que te podría decir que es como cuando te deja tu pareja y tú sigues enamorado de ella y quieres que vuelva... y vuelves. Eso ha sido el Salamanca para mí. Siempre he deseado volver, he estado jugando por ahí, he visto otro fútbol, he crecido, pero siempre nos hemos seguido. En el pasado pude volver, pero ha sido ahora cuando se han dado las circunstancias. Y aquí estamos. En una nube.

Más allá de eso, ¿qué tiene el Salamanca UDS que hace que jugadores destacados una categoría por encima, caso de Carlos Cristeto o usted, decidan 'descender' para recalar en el Helmántico?

—Al final creo que el Salamanca tiene algo que encandila. Para empezar que vas a un partido del playoff y ves allí 15.000 personas y dices: es esto. La ciudad está volcada con el equipo, van más de 4.000 abonos... El proyecto que se nos expone también influye. Todo ha coincidido para que al final mi vuelta sea por fin efectiva. Para mí también suma que siga un bloque de la temporada pasada, eso te dice que las cosas han cambiado, que hay la estabilidad que no tuvimos antes y sólo me hace pensar que de verdad, ahora sí que sí, el club va para arriba.

Habla de los 15.000 del playoff como si usted no hubiera formado parte de ellos. Usted estuvo en ese partido y algo le debió de cambiar el paso para pasar de la tribuna al campo. ¿No?

—Sí, sí. Claro que estuve en el partido. Y no te lo voy a ocultar: desde que el árbitro pitó el final hasta que llegué con mis amigos al centro (de la ciudad) no dije ni una palabra. Tenía esa sensación de no creerme lo que había pasado. Y, más, vi que pese a estar un poco más separado de lo que es el club por mi carrera me dolía lo que había sucedido. Me dolió mucho, independientemente de que hubieran salido bien o no las negociaciones.

Vuelve porque sintió «dolor», ¿qué sensación le deja su marcha de Guijuelo? Es el club que le ha dado la oportunidad de romper su techo de cristal con la Tercera y demostrar que es jugador de superior categoría.

—La verdad que estos días pasados han sido un poco raros. He tenido una mezcla de sentimientos. El miércoles me he tirado todo el día hablando con mi padre y mi mejor amigo, porque el cruce de sentimientos era muy grande. Al final, el Guijuelo, es un club que te da mucho como futbolista.

Tanto, como que puede que esté en el mejor momento de su carrera.

—Sí, sí. Sin duda creo que estoy en el mejor momento de mi carrera: he encontrado ese equilibrio entre los errores que cometía antes y ese punto de mejora de cara a gol. Por eso tengo esa sensación. Y todo esto me ha llegado en mi primer año en Segunda Federación, que era algo que para nada esperaba. Vamos, es que mis amigos me dijeron a principio de temporada que iba a meter unos cinco goles y he acabado con siete. La confianza con la que vuelvo al Helmántico es muy alta, y vengo para demostrar que todos somos de categoría superior. Estoy deseando vestir ya esa camiseta blanquinegra.

A usted no hay que contarle a quienes se va a encontrar ni cuál es el objetivo.

—El objetivo es ascender. Pero no sólo porque lo diga el club, que así me lo ha trasmitido, sino porque también se lo he dicho yo a ellos. Para lograrlo no sólo tenemos que ganar en el Helmántico, sino también competir fuera. Esa es la clave, porque por mucho que ganes arrasando en casa sino no sumas resultados lejos del Helmántico se te puede complicar el ascenso. La calidad se tiene que imponer, creo que en eso se resume lo que vamos a tratar de hace. Y en eso coincido con Mansour o con Jehú que son con los últimos con los que he hablado. Y también con la necesidad de ser una piña en el vestuario.

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