Después de su brillante estreno de Liga en el estadio Helmántico, el Salamanca UDS tiene opción de dar un golpe sobre la mesa del Grupo VIII de la Tercera Federación en un campo muy de esta Liga, el Mariano Haro de Becerril (Palencia). De hecho, tal es así, que, si gana por dos o más goles se situaría al frente de la Liga, en un claro toque de atención hacia el resto de presupuestos rivales directos. Y un chute de moral para el mundo que todavía queda por delante por jugarse a domicilio.
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Tras atragantársele el estreno en el competición regular en Los Dominicos, el conjunto de Jehú Chiapas encara su segunda salida del curso con la idea de empezar a sumar tres puntos en este tipo de escenarios, donde jugar al fútbol que quiere practicar el Salamanca (de posesión, vertical igualmente y, sobre todo, de mucha llegada a la portería rival, tal y como exhibió el pasado domingo ante el filial del Mirandés) se hace más complicado, y donde tiene que salir a flote la personalidad de la plantilla. Que en su amplia mayoría es de superior categoría.
El Becerril, un clásico de la vieja Tercera División —este escenario lo conocen bien los Amaro, Galván, Caramelo y Mansour; en este campo el central hizo el gol del triunfo hace ya seis campañas— ha retornado a esta nueva Tercera RFEF con la misma idea de siempre. Ser un equipo duro en su casa. Correoso; complejo que, como en la primera jornada de la competición, sea capaz de hacer valer el amplio conocimiento de su feudo para derribar rivales, por muy potentes que sean, caso del Real Ávila.
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