Óscar del Río, de 17 años, quiere ser ganadero. «Es un sueño que tengo por ella, por mi madre, pero tal y como se ponen las cosas, nos lo están poniendo muy difícil a los que queremos ser ganaderos o intentarlo, al menos». De momento Óscar estudia y ayuda a Teresa, su madre, los fines de semana con explotaciones que tienen en Tejeda de Tiétar y Topas.
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¿Por qué te gusta tanto el ganado?
—Porque básicamente es lo que me da de comer día a día. Gracias a ellas tengo todo lo que tengo.
Tenéis berrendas negras, ¿por qué?
—Lo que más me gusta nobleza que tienen y el trato en los corrales: el manejo, que es espectacular. No hay ni una mala que se arranque y se venga como un toro de lidia. Con estas pegas una voz y cogen la puerta perfectamente y así salen. Son vacas muy nobles.
Llevas desde muy pequeño acudiendo a Salamaq. ¿Qué te aporta esta Feria?
—Si se acabara haría daño a la ganadería porque mueve mucha gente. De norte a sur te preguntan. Son muchos gastos pero es una satisfacción estar.
Dentro de las reses que tienes, ¿tienes algunas favoritas?
—De las que llevé a la Feria, pues las dos capirotas, las capirotinas. Que son con la cabeza negra, dos o tres puntos negros, y las cuatro patas negras. Las más aparejadas, que son las que tienen más negro que blanco, me gustan menos. Se encierran muy fácil. Para mí es una raza de 10, no hay más.
¿Qué te preguntaba la gente en la Feria?
—Me tocaba explicarles que no son vacas de leche porque la gente siempre cada año cree que lo son. Les explico que no es que esté dando leche todo el año, solo en los meses en los que está el ternero. Lo desteto a los 7 u 8 meses, como mucho y maman hasta eso. Y luego se les corta la leche.
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¿Qué destino tiene su ganado?
—Los machos van para bueyes y las becerras, para vida y lo que no, se engorda y se mata.
¿En la Feria se vende?
—Si, pero yo por menos de 1.000 euros no vendo nada porque es una raza en peligro de extinción. Siempre pido 1.000 euros mínimo para que la gente sepa lo que cuesta mantenerlo, criarlo, cuidarlo...
¿Se acaba la Feria y le quitas el cencerro a las vacas?
—Si, En la Feria es cuando llevan cencerro y es básicamente porque estamos de Feria y para que estrenen algo. Luego yo no soy para nada de apretárselos. Ellas cuando comen les cuelga un poquito para que estén cómodas.
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¿No les asusta?
—Al principio, sí, y por eso me gusta ponérselos cuando son chiquininos y que respinguen un rato en el campo y así cuando son grandes ya están acostumbradas a llevarlos.
Las tienes muy mimadas...
—Sí, las tengo de más de mimadas pero quien algo quiere, algo le cuesta.
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