El truco de moda para darle forma a las albóndigas sin mancharte las manos

¿Vas a meterte entre fogones para preparar unas sabrosas albóndigas con las que pretendes sorprender a tus invitados? Pues, antes de hacerlo, has de conocer un truco infalible que, de seguirlo, te resultará más que útil. Y es que, con él, es posible llevar a cabo todos y cada uno de los pasos de una receta de este plato tan irresistible sin tener que mancharte las manos.

Seguramente, cuando alguien piensa en hacer albóndigas, se le venga a la cabeza que darles forma puede resultar ser una tarea tediosa, a la vez que pegajosa. Meter las manos en la mezcla de carne picada, huevo, leche, pan, especias y otros ingredientes puede resultar algo desagradable por muy amante que seas del mundo de la cocina y, para las personas escrupulosas, esto puede resultar todavía más incómodo. Por eso, conviene seguir al pie de la letra el truco de la botella, para el que apenas se necesita una botella de plástico vacía y un cuchillo o un cúter para cortarla.

Antes de preparar este plato tan clásico de España, debemos hacerle un corte especial a una botella de plástico vacía, seca y de tamaño mediano por la mitad, diviéndola en dos partes: la inferior y la superior, que es donde está la boquilla. Esta última resultará ser providencial para que todo salga bien.

Con el corte ya hecho y la botella partida en dos mitades, será hora de coger una cuchara para proceder a colocar la boquilla de la botella sobre la mezcla de carne picada y presionarla hacia abajo. Será ahí cuando veremos como la carne empieza a subir por el interior de la botella, dándole así a la mezcla una forma cilíndrica. Entonces, cuando la carne salga por el agujero y con ayuda de la cuchara, se cortarán las distintas albóndigas que vayan saliendo y se irán retirando a un plato todas las piezas para rebozarlas en harina y echarlas directamente a una sartén.