El truco infalible con el que Arguiñano mantiene los caldos perfectos después de congelarlos

En pleno invierno, cuando el frío acecha y hace más difícil el poder disfrutar de planes al aire libre, cualquier plato de cuchara resulta ser toda una maravilla no solo para el paladar, sino, en general, para todo el cuerpo. Por eso, a la hora de crear los mejores menús para cada día de temperaturas gélidas, una de las comidas que nunca falla es un buen caldo caliente.

Estos, sean de lo que sean, son un alimento básico para cualquier amante de la cocina. Y no solo para los de la española. También resultan ser claves a nivel internacional, siendo la cocina japonesa un claro ejemplo, ya que uno de sus platos estrella resulta ser la bullabesa, el cual lleva caldo de pescado.

Y es que, teniendo en cuenta lo nutritivo que puede ser tomar un caldo caliente en tiempos tan fríos, hay mucha gente que hace sopa de sobra para combatirlos día sí y día también congelando varios recipientes bien cargados. Pero, para que sepan bien, hay que conocer el truco que muchos expertos de la cocina siguen al pie de la letra a la hora de sacarlos del congelador.

Según Karlos Arguiñano, uno de los cocineros más populares no solo de España, sino del mundo, y los consejos que da en algunos de sus libros como 'Sabores de siempre: las recetas que no pasan de moda', uno de los errores que cometemos de forma muy frecuente cuando hacemos caldos en casa es que, normalmente, echamos un ingrediente que resulta básico en nuestra cocina: la sal.

«Si vas a congelar un caldo para utilizarlo posteriormente en guisos, sopas, arroces o salsas, te recomiendo no añadirle nada de sal, ya que el sabor se intensifica con la congelación», asegura Arguiñano, resaltando, además, que siempre es mejor pasarse de tacaños con este ingrediente.