Ruptura total en el pueblo de Castilla y León en el que vivían en 'Cuéntame': «Esto no hay quien lo aguante»

El pequeño municipio segoviano de Arahuetes, conocido como 'Sagrillas' en la ficción de Cuéntame cómo pasó, se encuentra dividido por un conflicto entre Eusebia González, una vecina con una visión de futuro, y Pedro Blanco, el alcalde, sobre la creación de un museo que conmemore la relación del pueblo con la famosa serie.

Arahuetes, ubicado en Castilla y León, ha sido por más de dos décadas un escenario clave para la televisión española. 'Sagrillas' en la serie, se transformó en el hogar ficticio de la familia Alcántara, interpretada por Imanol Arias, Ana Duato y otros reconocidos actores. La serie, que abarcó 23 temporadas y abordó momentos clave de la historia reciente de España, puso a Arahuetes en el mapa cultural y turístico del país.

Eusebia González es una educadora social de 60 años que ha dedicado su vida a Arahuetes, donde también heredó viviendas turísticas que fueron utilizadas como camerinos durante el rodaje de la serie. Con un fuerte apego a la historia y cultura del pueblo, Eusebia se ha convertido en una figura central en la lucha por evitar que la localidad caiga en el olvido. Entre sus propuestas se encuentran la creación de un museo dedicado a Cuéntame cómo pasó, el uso de códigos QR para identificar las localizaciones de rodaje, y actividades como gymkhanas y talleres educativos para familias. Su objetivo es impulsar el turismo y fijar población en un municipio que, en invierno, apenas cuenta con 15 residentes.

Arahuetes fue escenario del rodaje de Cuéntame cómo pasó entre 2001 y 2022, dejando un legado cultural significativo. Aunque la serie aportó visibilidad al pueblo, el alcalde Pedro Blanco considera que la idea del museo no es viable debido a la falta de recursos y espacio. Según Blanco, los beneficios económicos del rodaje fueron limitados, ya que los primeros años no hubo compensación significativa. Además, ha señalado que las jornadas de grabación implicaron molestias para los vecinos y un uso intensivo de los pocos recursos del municipio. «No tenemos metros cuadrados ni recursos para mantenerlo», asegura, cuestionando además la sostenibilidad del proyecto.

Más allá de las declaraciones, el alcalde ha criticado abiertamente la gestión económica del rodaje. Según su testimonio, la producción generó gastos inesperados y no compensados, dejando una sensación de aprovechamiento que, en sus palabras, empaña el legado de la serie en Arahuetes. La grabación, aunque exitosa en términos mediáticos, dejó secuelas menos visibles, como el deterioro de infraestructuras y la falta de ingresos consistentes para el municipio.

Sin embargo, Eusebia defiende la viabilidad del museo, argumentando que atraería a turistas y beneficiaría la economía local. También señala que hay documentos que certifican los pagos realizados por la productora al ayuntamiento y a otros residentes que participaron en el rodaje, utilizando tractores y vehículos antiguos. «Más de 900 personas llegaron recientemente al pueblo buscando las localizaciones. Muchos pagarían por un museo», afirma. Además, propone que se incluyan imágenes exclusivas del rodaje y se establezca un archivo audiovisual para enriquecer la experiencia de los visitantes.

El conflicto ha polarizado a los habitantes del municipio. Mientras el alcalde sostiene que la mayoría de los vecinos no apoyan el proyecto, Eusebia asegura haber recibido el respaldo de numerosos seguidores de la serie, que ven el museo como una oportunidad para preservar la memoria de Cuéntame cómo pasó. La situación también ha escalado al ámbito político, con Eusebia anunciando su intención de presentarse como candidata a la alcaldía en las próximas elecciones. «Este proyecto no solo es por la serie, también es por nuestra historia y por evitar que Arahuetes caiga en el olvido», declara.

Por su parte, Pedro Blanco, tras 28 años como alcalde, ha expresado su cansancio ante los conflictos y su decisión de no buscar la reelección. «Esto no hay quien lo aguante. Al que venga, le deseo mucha suerte», asegura, subrayando que durante su gestión se mantuvieron los impuestos bajos y se realizaron tareas esenciales, incluso asumiendo personalmente labores como barrendero o enterrador.

El desenlace de esta disputa podría marcar el futuro de Arahuetes, una localidad que lucha por no desaparecer de la memoria colectiva, tanto en la realidad como en la ficción. La apertura del museo no solo sería un homenaje a la serie, sino también una oportunidad para el desarrollo turístico y demográfico del pueblo. Por ahora, el destino de este proyecto depende de la opinión de los vecinos y del próximo liderazgo en el ayuntamiento.

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