Ni un hueso de jamón y ni un trozo de chorizo: este es el truco definitivo para dar más sabor a las lentejas

Muchas son las personas que, a la hora de meterse entre fogones, apuestan por seguir los consejos de los más sabios -en este caso, de la gente mayor- para darle más sabor a cualquier comida.

En una época en la que se agradece comer platos de cuchara para combatir el frío, existen muchas recetas para darle un toque especial a cualquier comida. Mientras muchas personas se aventuran por usar el típico hueso de jamón o añadir un trozo de chorizo a comidas tan sabrosas como lo es un plato de lentejas, muy pocas saben que el verdadero truco para conseguir ese sabor especial e intenso que tanto se busca se halla en utilizar una parte del jamón que casi siempre se tira en las casas.

Esta parte del jamón, sobre la cual se suele pensar que no se le puede dar ningún uso, puede conseguirse en cualquier jamonería o charcutería y sí es de utilidad. De hecho, es un producto que resulta clave no solo a la hora de intensificar un sabor, sino también cuando se pretende conseguir que una textura sea más crujiente. Se trata de la corteza del jamón.

Sin embargo, esta opción en cualquier plato de cuchara puede resultar muy calórico. De ahí que muchos nutricionistas recomienden consumirlo con moderación. Pese a ello, es la mejor opción para hacer de unas lentejas un plato sabroso y al que muy poca gente podrá resistirse.

Este producto contiene colágeno en pequeñas cantidades, el cual aporta mucho sabor a guisos y potajes y ha de sacarse con ayuda de un cuchillo en pequeñas tiras que hay que cocinar a fuego lento en una sartén para que se funda toda la grasa que anteriormente no se haya podido retirar. Tras lo cual, conseguiremos unos torreznos que podremos vertir directamente a nuestro plato de cuchara.

Una vez tengamos la corteza de jamón cocinada a fuego lento y hayamos obtenido unos torreznos que vamos a añadir a nuestro plato -en este caso, a las lentejas-, se pueden unir a otros ingredientes para conseguir que sea mucho más sabroso.

Con dos zanahorias peladas y picadas en rodajas o en cubitos, una cebolla picada, un pimiento verde picado, un tomate rallado, dos dientes de ajo picados, una cucharada de pimentón dulce, una hoja de laurel, dos cucharadas de aceite de oliva y sal al gusto se puede potenciar aún más el sabor para lograr unas lentejas riquísimas.

Habrá que calentar una olla grande en la que tendremos que sofreír el ajo, la cebolla y el pimiento verde a fuego lento hasta que estén bien dorados. Después de cinco minutos, tocará añadir las zanahorias en rodajas o en cubitos y el tomate rallado hasta que esté bien integrado y evaporado.

Una vez listo el sofrito, solo faltará incorporar las cortezas de jamón y cocinar todo junto durante tres o cuatro minutos para que los sabores se mezclen, siendo algo tras lo que podremos vertir las lentejas lavadas y escurridas, con una hoja de laurel, dejándolas cocer. Y, tras este último paso, podremos salivar con uno de los platos más ansiados durante el otoño y el invierno.