

Secciones
Destacamos
Carla Díaz de Rada
Jueves, 10 de abril 2025, 10:55
En la penumbra de sus habitaciones, mientras el resto del hogar duerme, miles de adolescentes se mantienen despiertos frente a la luz azul de sus dispositivos móviles. Esta conducta, conocida como vamping (por la analogía con los vampiros de que solo salen de noche), se ha convertido en una preocupante tendencia entre los jóvenes de todo el mundo.
El vamping consiste en utilizar celulares, tablets, computadoras o consolas durante la madrugada, sacrificando horas de sueño por mantenerse conectados a redes sociales, ver series, jugar videojuegos o simplemente navegar por internet. Lo que para muchos parece una costumbre inofensiva, está generando graves consecuencias en la salud física y emocional de quienes la practican.
«Dormir es fundamental en la adolescencia. No solo para el crecimiento, sino también para el equilibrio emocional y el rendimiento escolar», explica la doctora Laura Medina, especialista en neurociencia del sueño. «El uso prolongado de pantallas, especialmente antes de dormir, altera la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y retrasa el descanso profundo».
De acuerdo con un estudio reciente del Observatorio de Tecnología y Adolescencia, el 67% de los jóvenes entre 13 y 18 años reconocen haber hecho vamping al menos tres veces por semana. Además, más del 40% admite que duerme menos de seis horas en días escolares, muy por debajo de las ocho horas recomendadas.
Los efectos no tardan en notarse: fatiga crónica, dificultades de concentración, irritabilidad y bajo rendimiento académico son solo algunos de los síntomas que pueden derivarse de esta práctica. En casos más severos, se ha vinculado con trastornos de ansiedad y depresión.
Ante este panorama, los expertos recomiendan establecer rutinas de sueño, reducir el uso de pantallas al menos una hora antes de acostarse y fomentar actividades relajantes como la lectura o la meditación. También es clave que padres y cuidadores presten atención a los hábitos nocturnos de los adolescentes y mantengan una comunicación abierta sobre los riesgos del uso excesivo de tecnología.
El vamping no es solo una moda pasajera, sino una señal de cómo la hiperconectividad está transformando nuestras formas de vivir —y de dormir—. Reconocer el problema es el primer paso para devolverle a las noches su verdadero propósito: descansar.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Debido a un error no hemos podido dar de alta tu suscripción.
Por favor, ponte en contacto con Atención al Cliente.
¡Bienvenido a LAGACETADESALAMANCA!
Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente, pero ya tenías otra suscripción activa en LAGACETADESALAMANCA.
Déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo para analizar tu caso
¡Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente!
La compra se ha asociado al siguiente email
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.