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Lunes, 10 de febrero 2020, 13:39
En sus 205 kilómetros de recorrido desde que nace en Frades de la Sierra hasta que desemboca en el Tajo en la localidad cacereña de Alcántara, el Alagón nos regala estampas de inigualable belleza. La más popular y reconocible es, sin duda, el Meandro del Melero, límite natural entre Salamanca y Cáceres. Pero este río, que se podría definir como el ‘Sella salmantino’, brinda otras imágenes más desconocidas y ocultas. Una de ellas son las Ollas de la Sapa, en el término de Monleón.
La fuerza del Alagón ha ido modelando un paisaje dominado por la roca granítica. El agua ha actuado como un genial y autodidacta escultor que ha ido horadando las moles de granito creando formas imposibles. Es lo que en geología se conoce como marmitas de gigante. Un buen ejemplo lo tenemos en los pilones de la Garganta de los Infierno en El Jerte. Las Ollas de la Sapa serían nuestra particular versión de esta genial obra maestra de la naturaleza.
Este paraje causó especial atracción a los visigodos que habitaron estas tierras entre los siglos VI y VII. A pocos kilómetros de las Ollas de la Sapa se encuentra el yacimiento de Monte El Alcaide y se han localizado otros restos es localidades cercanas como Endrinal, El Tornadizo y Los Santos, entre otras.
No fueron los únicos que se sintieron atraídos por las Ollas de la Sapa. Hasta este lugar acudían los vecinos de Monleón en romería para rendir tributo a Nuestra Señora de las Yegüerizas en una ermita de la que no se conserva ningún resto. Los romeros pasaban por el antiguo castañar de la Sapa, donde cortaban ramas de estos árboles porque les atribuían poderes.
Estamos por lo tanto ante un paraje de especial simbolismo y lo que se podría definir como un ‘lugar de poder’. Eso explica que fuera bautizado con el nombre de Ollas de la Sapa. El topónimo “sapa” hace referencia a lo oscuro y oculto, mientras “olla” simboliza el recipiente del conocimiento. Cuando los antiguos se encontraron con las ollas horadadas en la roca granítica donde el Alagón se introducía provocando remolinos, interpretaron que era un lugar especial.
CÓMO LLEGAR. Las Ollas de la Sapa se encuentran dentro de la ruta de los Caminos Históricos de Entresierras. Saldremos de Monleón por el sendero que indica la dirección de El Tornadizo. Pasaremos por el poblado altomedieval de Monte El Alcaide y bajaremos en dirección al Alagón hasta alcanzar el curso del río. En total habremos recorrido 4,6 kilómetros.
MÁS OLLAS. El río Alagón nos regala otro paisaje similar, pero a más pequeña escala, en el entorno de la localidad serrana de Molinillo. Allí forma lo que se conoce como Hoya (en esta ocasión con h) de las Majaetas o de Ambos Ríos. Un paraje más escondido donde el río Sangusín desemboca en el Alagón. La fuerza del río también ha horadado la roca granítica formando pequeñas cascadas de gran belleza.
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