Captura de pantalla del vídeo de la fiesta del Jarramplas compartido por Nacho Pla en Instagram. @nachopla12

El curioso pueblo a un paso de Salamanca con lista de espera de más de 20 años para que todos los vecinos te lancen nabos

«Es la mejor terapia antiestrés que he visto en toda mi vida» expresa nachopla12, un creador de contenido que ha disfrutado de esta fiesta este 2025

La Gaceta

Miércoles, 22 de enero 2025, 17:16

Miles de tradiciones y leyendas recorren los municipios de toda España, algunas de ellas de lo más surrealistas como la de un pueblo de Extremadura que ha conseguido el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

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Se trata de Piornal, un municipio de Cáceres en el que cada 20 de enero un vecino se disfraza con una chaqueta y pantalón de los que cuelgan multitud de cintas multicolores cosidas a mano así como de una máscara en forma de pico con dos cuernos y una gran nariz.

Este personaje se conoce como 'Jarramplas' y para un piornalego, encarnarlo no es solo un honor, es el mayor símbolo de pertenencia a su tierra y su historia. Tal es la devoción por este ritual que existe una lista de espera hasta el año 2048 para convertirse en el protagonista de esta fiesta mágica, mística y profundamente emotiva.

Cada 19 y 20 de enero, el pueblo de Piornal se transforma. Estas fechas marcan los días centrales de una celebración que combina fervor religioso y tradición popular, y que ha sido reconocida como Fiesta de Interés Turístico Nacional. En este escenario, dos figuras cobran especial protagonismo: por un lado, San Sebastián, el santo patrono de la fiesta, venerado con rezos, procesiones, ofrendas, cantos y rituales como la Rosca y las Alborás; por otro, el Jarramplas, figura icónica y colorida, que recibe el simbólico castigo de una lluvia de toneladas de nabos arrojados por vecinos y visitantes.

Pero el Jarramplas no está solo en esta celebración. Otros grupos sociales desempeñan papeles clave en la festividad. Los mayordomos, encargados de organizar y financiar los eventos, lideran la logística; las mozas cantan las Roscas y las Alborás con voces que mantienen viva la tradición; el niño que repite refuerza la conexión entre generaciones; los quintos y las peñas de amigos aportan energía juvenil y camaradería. Cada uno, con su rol, contribuye a que esta fiesta sea una manifestación completa de identidad y unión comunitaria.

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Para los habitantes de Piornal, el Jarramplas es mucho más que un personaje. Es un símbolo que representa el corazón del pueblo, un lazo que une a sus gentes y una tradición que se vive con orgullo y sentimiento. Cada año, el vecino que asume este papel lo hace con sacrificio y entusiasmo, vistiendo la máscara y el traje de cintas multicolores, soportando el desafío físico de recorrer las calles bajo el bombardeo de nabos.

El Jarramplas es, en esencia, Piornal en su máxima expresión: sentimiento, unión, identidad y un profundo respeto por las tradiciones que han forjado la historia de este pequeño pueblo cacereño. La leyenda del Jarramplas se renueva así año tras año, manteniéndose viva en el corazón de los piornalegos y proyectándose hacia el futuro como un legado que perdurará por generaciones.

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Uno de los creadores de contenido que no ha querido perderse esta peculiar tradición es Nacho Pla, periodista y creador de contenido que ha mostrado en un vídeo cómo ha vivido en primera persona este año la fiesta que ha calificado como «la mejor terapia antiestrés que he visto en toda mi vida». Según él había más de 2.000 personas lanzándo nabos «duros como una piedra» al Jarramplas, un espectáculo que merece la pena ver.

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