Cómo viajar con seguridad e independencia con todo lujo de detalles

Además de esto, el turismo rural, alejado de las grandes masificaciones ha adquirido gran fuerza. A la hora de optar por este tipo de turismo, las furgonetas camper, que son vehículos transformados por dentro y cuentan con camas, nevera, cocina... en definitiva, todo lo necesario para poder vivir en ellas, se han convertido en un aliado que en estos meses se ha disparado su demanda. Una fórmula de movilidad que siempre da independencia y, hoy más que nunca, mucha seguridad.

Si una persona opta por pasar unos días en una camper además de poder alquilarla, puede hacerlo de dos formas: comprando una furgoneta y adaptar su interior a su gusto y forma o bien comprarla ya equipada. En ambos casos, independientemente de por cual se opte, son compatibles y valen para todo, tanto para un uso diario laboral como para una escapada al campo y permiten moverte a tu aire, hacerte tu propio itinerario, sin depender de hoteles u otro tipo de alojamientos, con más seguridad e independencia.

La lista de posibles equipamientos de una camper es amplia, algunas únicamente disponen de una cama u otras inclusos poseen armarios, cocinas, mobiliario, neveras, ducha, etc. En el caso de que se opte por la primera opción, la equipación de una furgoneta ya comprada, es decir, que no se compre la camper de fábrica directamente, los precios pueden variar considerablemente dependiendo de las funcionalidades que tengan la ‘casa con ruedas’. El precio de la transformación de furgonetas de tamaño pequeño y mediano va desde los 1.500 a los 20.000 euros, aproximadamente y dependiendo del equipamiento, mientras que una de gran tamaño puede alcanzar los 40.000 euros; cantidad a la que hay que sumar el precio del vehículo.

Si por el contrario, los amantes de estas casa con ruedas quieren comprarla directamente de fábrica, los precios parte desde los 25.000 euros para una de tamaño pequeño - mediano con una equipación básica o una de tamaño grande desde los 35.000 euros, dependiendo del acabado.

A pesar de ello, el año pasado las ventas aumentaron un 30% respecto a 2018, mientras que en los últimos cinco años, la cifra de matriculaciones ha crecido en torno a un 120%, datos a los que hay que sumar la gran acogida que han tenido estas residencias en miniatura debido al coronavirus.