Cosas de toreros: un viaje de 700 km con los puntos puestos para cumplir la palabra dada

El domingo rindió Madrid en una tarde en la que cayó gravemente herido por un toro de Adolfo Martín. Tres días ingresado en la clínica de la Fraternidad, hasta el miércoles a mediodía en el que recibió el alta hospitalaria. Una noche toledana ese mismo día ya en su primera noche junto a su mujer y sus niños en su casa en la que se le apoderaron los dolores que hasta entonces habían aplacado los calmantes en el hospital. El jueves por la mañana una nueva cura ya en la clínica de Salamanca, y esta misma mañana otra, en una herida que empezó a sangrar tras quitarle el miércoles los drenajes. Y el amplio rosario de grapas en la parte posterior del muslo izquierdo aún trabajan para cicatrizar la amplia herida de la cornada.

Y hoy, apenas cinco días después del percance y de la dolorosa semana que lleva encima Damián Castaño cogerá el coche en Salamanca, recorrerá los casi 350 kilómetros de ida a hasta Gijón (y otros tantos de vuelta) para compartir con los aficionados de la Peña Astur de esa ciudad una noche hablando de toros en la que además recibirá el trofeo al torero revelación de la temporada taurina de 2024.

Todo un ejemplo de compromiso con los aficionados, todo un ejemplo de cumplir con la palabra dada a unos aficionados entusiastas con el toreo que deben de valorar el gesto titánico del torero. Son eso, cosas de toreros, pero que no todos los toreros hacen. Sin pedir nada a cambio. A precio cero. Tenía perfectamente más que justificada su ausencia con sus carnes abiertas. Al torero le han tratado de convencer todos, su familia, su apoderado, su gente… pero no ha habido manera. La palabra de un hombre siempre valió más que mil contratos juntos. Damián Castaño estará esta noche en Gijón en su primera aparición pública tras la grave cornada de Madrid hace solo cinco días. Son toreros. Son hombres de otra pasta. Son personas comprometidas con su profesión. Son gestos anónimos y desconocidos para la mayoría que no dan contratos pero que deben ser valorados por el compromiso y la entrega con una profesión en la que los toreros también lo son fuera del ruedo. A Damián Castaño le deben de recibir esta noche en Gijón como un auténtico héroe y sobre todo valorar el gesto de cumplir su promesa aún con todo lo que ha pasado y sufrido en los últimos cinco días. ¡Cinco días! han pasado de los miedos de los toros de Adolfo, del éxito, de la cornada, de la mesa de operaciones al reencuentro con los con aficionados. Ojalá le valoren como merece.

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