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Caritativo tras ser indultado el pasado miércoles en Gijón, donde se convirtió en el primer astado al que se le perdonaba la vida en el coso de El Bibio -que cuenta con 135 años de historia- volvió de nuevo a la finca salmantina de Garcigrande, situada en el término municipal de Alaraz.
Y allí se recupera de fragor de la lidia y de las heridas del puyazo y las banderillas. «Se encuentra en buen estado, se está recuperando bien, no tenía muchas heridas», comentaba el ganadero Justo Hernández, feliz, tras recibir de nuevo en su casa al toro después de lo que él define como una «tarde histórica» en referencia al festejo del pasado 16 de agosto en Gijón, donde El Juli se encerró en solitario con seis astados, tres de ellos de la ganadería salmantina.
Justo Hernández no tiene ninguna duda de que el toro, el último gran triunfo de su ganadería, se lo echará a las vacas para que comience a padrear como nuevo semental. «La madre de Caritativo ya me ha dado varios sementales en los últimos años, me quedé con uno que luego se lo regalé a Juan Bautista. ¡Claro que este se quedará en casa y sin duda lo echaré a las vacas!», confiesa Justo Hernández.
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