JAVIER LORENZO
Madrid
Domingo, 24 de septiembre 2023, 22:34
Un tercio de entrada en los tendidos. Concurso de ganaderías. Toros de Partido de Resina, noble y sin fuerzas; Samuel Flores, desrazado; Victoriano del Río, manejable; Peñajara, vacío de raza; José Escolar, noble; y Pedraza de Yeltes, bravo en varas y con entrega y repetición.
DIESTROS
Serafín Marín. Purísima y oro Dos pinchazos y estocada (palmas); estocada trasera (silencio).
Rubén Pinar. Azul y oro Estocada atravesada y descabello (silencio); pinchazo, media estocada y dos descabello (silencio).
Gómez del Pilar. Caña y azabache Tres pinchazos y estocada delantera (ovación tras dos avisos); y estocada desprendida delantera y descabello (ovación tras aviso).
Salió el toro de Pedraza de Yeltes en la agonía de la corrida concurso de ganaderías para poner las cosas en su sitio. Sombrero fue el toro que mejor y más serio peleó en el caballo de todo el encierro: metió los riñones, empujó fijo ... y se quedó encelado en el peto donde demostró que fue un toro muy bravo. Seriedad, ímpetu y fortaleza.
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No quedó ahí porque en el segundo encuentro con el montado galopó con alegría y franqueza desde largo ratificando su buena condición. Se precipitó Gómez del Pilar al pedir el cambio de tercio, lo concedió el presidente para enfado del público que quería ver un tercer envite del pupilo de Pedraza de Yeltes y cuando se arrepintió el torero, para complacer al respetable, el palco ya no echó marcha atrás.
Puede que esa controversia también le viniera bien al toro, que hubiera dado aún mayor realce a la suerte de varas, pero seguramente hubiera acusado en la muleta, donde también fue un astado realmente interesante.
Para prueba la franqueza, la entrega, la transmisión, la nobleza y la humillación con la que repitió en la primera tanda de Gómez del Pilar, con las dos rodillas en tierra, donde el Sombrero hacía que casi saltaran chispas por la vibración y la entrega de sus acometidas rebozándose en la muleta. La mantuvo el de Pedraza de Yeltes que fue el único toro que embistió con entrega y con verdad en toda la función.
Mantuvo ese interés por los dos pitones, aunque por el izquierdo viajó con menos recorrido cuando el diestro acortó las distancias y el toro lo pagó y se sintió más molesto. La faena se fue desinflando. El toro había sacado nota y había conquistado a la parroquia venteña. Gómez del Pilar, con más disposición que conexión con el tendido, dejó más dudas.
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La estocada defectuosa y el uso del descabello jugó en su contra. Pidieron la vuelta al ruedo al toro algunos aficionados, que no se concedió y que, tal vez hubiera resultado excesiva siendo un toro bravo y emotivo; y esos aficionados fueron los mismos que la frenaron cuando el torero intentó dar la suya. La sonora ovación en el arrastre para Sombrero dictó sentencia y determinó su victoria a los puntos.
Gómez del Pilar estuvo más centrado y acertado con el de Victoriano del Río, que presentó dificultades en los primeros tercios y que obligó a emplearse y estar despierto con la muleta para pulsar todos y cada uno de los registros que pedía. Centró la primera parte de la faena Del Pilar con el pitón derecho cuando el toro había mostrado su mejor condición por el izquierdo por donde al final firmó bellos pasajes. Se atascó con la espada. Entre uno y otro suyo fue el lote de más opciones y de triunfo de la tarde que se le escapó entre las manos.
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En una actuación muy seria, madura, sincera e interesante, Serafín Marín firmó el mejor toreo de capa, con lances sentidos y cadenciosos, a sus dos toros. Y al primero, de Partido de Resina, media docena de naturales de cartel que se perdieron entre la nada que ofreció el toro. Con el de Peñajara, al que hicieron de todo para lucir en el caballo, fue literalmente imposible. Tarde espesa y gris de un desconcertado Rubén Pinar al que le se atragantó el noble pitón izquierdo del toro de Escolar y tragó sin reservas y con profesionalidad ante un mulo de Samuel que solo tuvo pitones, tantos como para colgar las chaquetas de todos los aficionados de la plaza.
El toro Sombrero, número 25, de 597 kilos y nacido en septiembre de 2018, de pelo colorado y de la ganadería salmantina de Pedraza de Yeltes se alzó con el premio al toro más bravo de la corrida concurso de ganaderías de Las Ventas. Por su parte el Antonio Peralta, de la cuadrilla de Serafín Marín, fue distinguido como el mejor picador de la tarde; mientras que el trofeo al mejor lidiador se declaró desierto.
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