La marea amarilla alienta el toreo

Después de la ovación del paseíllo, las palmas echaron humo cuando los toreros se refugiaron al lado de la barrera y apareció por la puerta grande la familia de Aerscyl con López Chaves al frente. Por primera vez de paisano en este festival que ha hecho suyo convirtiéndose en el mejor embajador de las familias de cada una de los miembros de Asociación de Enfermedades Raras, con la que volvió a rendirse y entregarse el toreo sin reservas. La plaza se tiñó de amarillo, el color emblema de este colectivo que parte el alma y llena de orgullo y admiración al mismo tiempo en ese sentimiento encontrado. Esa marea amarilla fue la que llevó en volandas a los toreros que sintieron su cariño, admiración y también su entrega. Así brotó el mejor toreo en un festejo entretenido y que volvió a desarrollarse con la sensibilidad a flor de piel.

En ese derroche de buen toreo, sobresalió el de José Garrido que cuajó una faena preciosa a Cuidadoso, un excelente novillo de Montalvo que fue uno de los dos a los que se les premió con la vuelta al ruedo en el arrastre, dentro del buen tono ganadero de la función. El otro que se llevó el pañuelo azul fue Peluso, de Domingo Hernández, el sexto; al que Julio Norte le puso toda la pasión del mundo para cortarle el rabo, el mismo premio que paseó Garrido.

El de Montalvo rompió a embestir de forma templada y con clase, a buen ritmo en la muleta, donde tuvo además fijeza y prontitud. Si por el pitón derecho fue bueno por el izquierdo resultó extraordinario, desplazándose un metro más en cada una de sus entregadas y codiciosas embestidas. Fue bueno pero no tonto, por eso, en un descuido, en cuanto descubrió al torero, se lo echó a los lomos. Volvió a la cara Garrido más arrebatado y entregado todavía que en toda la faena para firmar excelentes los pases de pecho, rematados al hombro contrario, que coronaron las cimas de la tarde. Todo ello antes de que quedaran grabados en la retina para siempre pasajes bellísimos de su obra con un epílogo excelso de naturales ayudados en cadena que resultaron primorosos.

Con cuatro largas cambiadas, la primera a porta gayola, recibió Julio Norte a Peluso, el sexto, con el hierro de Domingo Hernández. De igual manera comenzó la faena, donde ya se ratificó el excelente tranco y juego del animal. Bravo sin contemplaciones. Y, como tal, pedía exigencia. Lo toreó más y mejor de rodillas que de pie, por donde el novillo sintió mayor sometimiento y respondió con más intensidad. Esa firmeza y seguridad le faltó a Norte erguido, mientras de hinojos tiró de él con autoridad y mando. La plaza se puso efervescente en esos pasajes. De las embestidas del pupilo de Domingo Hernández saltaban chispas. Pura vibración.

Abrió la tarde Sergio Galán con una faena seria y pulcra ante un bonancible astado de Capea. Luego sacó carácter el novillo de Garcigrande, que no se dejó dominar por Perera por la derecha y, sin embargo, terminó rendido ante sus poderosos naturales. Le faltó repetición pero tuvo la virtud de humillar siempre por ese pitón izquierdo cuando sentía el poder.

Alejandro Marcos se gustó en el templado saludo a la verónica al de Castillejo de Huebra, al que hizo un vistoso quite al alimón por chicuelinas con Salvador Herrero. Luego firmó una faena de bellísimos pasajes al natural. Tuvo nobleza Paisano, que así se llamaba, pero le faltó codicia y embistió siempre a media altura; las virtudes fueron la fijeza y la prontitud. Por la vía de la estética y el buen gusto le puso Alejandro lo que le faltó a su oponente.

Tuvo arrebato el encajado saludo capotero de Salvador Herrero y fogonazos de buen toreo su trasteo muletero, con buen asiento y trazo, con altibajos pero con fases brillantes de naturales rematados a la cadera. Cerró por manoletinas de rodillas y lo emborronó todo con la espada.

Fueron tres horas de toreo por una buena causa. Aerscyl volvió a salir triunfadora y asentada ya en el calendario como el mejor cierre de la temporada charra. La imagen del ruedo llena de niños fue el mejor aval del futuro y de que la fiesta está viva y late con fuerza.

Cuarto festival a beneficio de Aerscyl (Asociación de Enfermedades Raras de Castilla y León). Tres cuartos de entrada en los tendidos. Sol y calor.

GANADERÍA

Novillos de Capea, noble y con bondad; de Garcigrande, con carácter y complicado pitón derecho; excelente el tercero de Montalvo, número 58 de pelo colorado y llamado «Cuidadoso», que fue premiado con la vuelta al ruedo; Castillejo de Huebra, noble y apagado; López Chaves, noble; y Domingo Hernández, bravo, de nombre «Peluso», que fue premiado con la vuelta al ruedo.

DIESTROS

Sergio Galán: Rejonazo (dos orejas).

Miguel Ángel Perera: Estocada trasera (dos orejas).

José Garrido: Estocada (dos orejas y rabo).

Alejandro Marcos: Media estocada y descabello (oreja).

Salvador Herrero: Cinco pinchazos (oreja).

Julio Norte: Pinchazo y estocada (dos orejas y rabo).

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