I. R. M.
Salamanca
Domingo, 15 de septiembre 2024, 00:32
A Marco Pérez la vuelta al ruedo con la que cerró su primera tarde vestido de luces en La Glorieta le reconfortó como si se fuera el abrazo de su madre. La cerró con una sonrisa indisimulada, al igual que antes en ese mismo burladero de matadores donde vino a parar había dejado brotar dos lágrimas de rabia por el quinario vivido con el descabello.
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«Así no vamos a ningún sitio», dijo tan transparente como lo había estado en sus dos actuaciones frente a los novillos de Capea. «Me tengo que quedar con el cariño que me ha dado la afición de Salamanca en la vuelta al ruedo... la verdad que me ha sabido a gloria», reconocía agradecido.
En torno a sus actuaciones fue directo al 'grano': «Creo que lo he dado todo en el ruedo y luego, está claro, que hay que corregir la espada porque así no vamos a llegar a ningún sitio», valoró el novillero sin esconder que había sido su talón de Aquiles en su puesta de largo en Salamanca.
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