Toreros, ganaderos y aficionados ven inviables los festejos. "Es una prohibición de facto"

Lejos de calmar al sector taurino, el plan de desescalada del Gobierno con la Tauromaquia ha terminado de enfadar a los profesionales, que entienden que con las condiciones marcadas por el Ejecutivo de Sánchez e Iglesias es "inviable" la celebración de espectáculos en las plazas de toros.

El Boletín Oficial del Estado recogía el pasado fin de semana que las plazas de toros podrían abrir en las zonas que se encuentren en Fase 2 (Salamanca) cuando el aforo no supere las 400 personas, y en las que estén en Fase 3 siempre que acudan menos de 800, algo que a juicio de los taurinos salmantinos es "una auténtica aberración".

Los ganaderos, toreros y empresarios consultados por este diario coinciden en señalar el "nulo conocimiento" que tienen sobre el sector quienes han dictado esta nueva normativa. Entienden que lo principal es proteger la seguridad de los ciudadanos pero se sienten ninguneados por el trato recibido en comparación con otros sectores culturales. Recuerdan que con un aforo tan limitado "la taquilla no sería suficiente para que cobraran los toreros y los ganaderos", y explican que la abrir un coso para la organización de una corrida de toros o una novillada conlleva unos gastos "insoportables con esos aforos tan ridículos".

Con esta situación legislativa, y con la suspensión ya confirmada de la práctica totalidad de las ferias hasta el mes de agosto, el sector entiende que se trata "de una manera de prohibir los toros sin prohibirlos directamente", y aguardan la llegada de la "nueva normalidad" para ver la normativa a la que tendrán que enfrentarse a partir de final de temporada.

De la misma manera, los profesionales confían en que todo cambie si, tal y como indicó el presidente del Gobierno, las competencias pasan a las autonomías al finalizar el estado de alarma. Esperan que la Junta de Castilla y León "no se esconda" y apoye la Taromaquia.

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