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En lo alto de un pedestal en la plaza del Altozano del barrio de Triana de Sevilla se levanta una majestuosa escultura en homenaje y recuerdo imperecedero de Juan Belmonte,revolucionario del toreo como lo fue el salmantino Venancio Blanco de la escultura. Hoy se cumple el séptimo aniversario del fallecimiento del popular escultor de Matilla de los Caños (22 de febrero de 2018) que se acabaría convirtiendo en uno de los grandes iconos de esta ciudad. De la misma manera que esa escultura al pasmo de Triana se convertiría en una de las más populares y reconocidas de su producción artística. Un salmantino conquistando Sevilla... Un artista del Campo Charro que nació y se crió entre toros bravos inmortalizando a uno de los diestros clave en la historia del toreo.
Aquella rivalidad en los ruedos del primer cuarto de siglo, entre los diestros de la Edad de Oro del toreo, Joselito y Belmonte, que dividió la España de entonces en dos, en bandos de uno y otro torero, como principales emblemas de aquel país y como ídolos del momento, se mantuvo también fuera de los ruedos, como fiel continuidad de sus vidas, con dos de las esculturas con mayor relevancia en la ciudad de Sevilla y en el arte contemporáneo. La de José lleva la firma de Mariano Benlliure, el sepelio del torero muerto en la plaza de Talavera, a la entrada del cementerio de San Fernando; la de Juan, obra del salmantino Venancio Blanco (Matilla de los Caños del Rio, Salamanca, 1923-Madrid, 2018), está en ese citado pedestal de la plaza del Altozano. De cuerpo entero, con la montera calada y el corazón abierto, para que quien se detenga a mirarla a su espalda pueda ver de fondo la majestuosa silueta de La Maestranza, al otro lado del río Guadalquivir. Por ese hueco en bronce, se ve también el río, la Giralda, a través del cuerpo del Pasmo de Triana.
La genial escultura se ubicó en su actual emplazamiento en 1972, diez años después del suicidio del genio de Triana en su finca utrerana de «Gómez Cardeña». Desde sus primeros días la escultura de Venancio Blanco, revolucionaria como sus protagonistas, escultor y torero, salmantino y sevillano, se convirtió en uno de los perfiles más clásicos de la ciudad de Sevilla. Hoy en el aniversario de la muerte de Venancio Blanco, se llora a uno de los emblemas de la historia de Salamanca que tuvo en su producción artística el tema religioso y el taurino su principal expresión.
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