I. Ramajo
Salamanca
Lunes, 23 de septiembre 2024, 00:17
A Ismael Martín se le reconocía en medio del barullo de niños pidiéndole en el mismo ruedo de La Glorieta selfis y machos del traje por la luminosa sonrisa que le había regalado el botín de tres orejas —pero no sólo— conseguido ayer en el cierre del abono de La Glorieta. «Estoy muy, muy contento», acertaba a decir todavía con el aire justo después de haber puesto en pie a la plaza en un soberbio segundo tercio, en el que llegó a clavar cuatro pares de banderillas. «Me voy a casa satisfecho con lo que he hecho en La Glorieta. Sé que habré tenido cientos de errores, que se me habrán visto mil defectos y que todo eso lo tengo que mejorar y corregir; pero de verdad me voy satisfecho porque tenía una premisa en esta tarde, que era darlo todo y creo que es lo que he hecho». Ni más ni menos.
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A Ismael Martín no solo se le ha quedado grabado a fuego ya y para siempre ver al tendido de La Glorieta en pleno de pie reconociendo su segundo tercio de banderillas, sino que también tiene ya guardado a buen recaudo la faena de muleta a su primer toro como matador de alternativa en este coso y el saludo capotero al sexto de función: «Si tengo que hacer una faena ideal, entre comillas, con lo que he hecho esta tarde aquí me quedó con el saludo al toro de Espioja, al sexto, por supuesto con ese tercio de banderillas y con la faena de muleta al primero, que he disfrutado».
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