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Tenía las cuatro orejas de sus dos primeros oponentes ya en el esportón cuando anunciaron al tercero y Marco Pérez deshizo el camino del paseíllo para irse a la puerta de chiqueros y saludar a portagayola a Socorrito, el tercero de Jandilla. Ese detalle retrató su actitud. No es que hasta entonces se hubiera guardado nada. Habían sido dos actuaciones en las que había derrochado actitud, pasión, conocimientos, asiento y valor. Entrega y buen toreo. Cuajó con desigualdad al que abrió plaza, el público aún no era consciente ni de lo que estaban viendo ni de que se estaba viviendo. Antes del minuto cero era histórico.
Ese primer jandilla, que se emplazó en el ruedo, fue bravo, codicioso y repetidor. Marco Pérez le hizo de todo. La autoridad no solo quedó patente en el saludo a pies juntos sino en la firmeza y quietud de los estatuarios iniciales que abrochó con un pase del desprecio de plena majestad. Rugió Madrid. Y ya fue todo lanzado. Por el cuajo, la solvencia, la autoridad...
Se lo pasó cerca y por todos los lados, abrochaba los derechazos con los de pecho, con trincheras fusionadas con molinetes eternos por no verse nunca el final. Las improvisadas arrucinas pusieron la caldera en efervescencia. Llegaba con los fantasmas de la espada de Aguascalientes y también les dio portazo.
📹 Así ha sido la salida por la puerta grande de Las Ventas de Marco Pérez 👇https://t.co/yOMSqzVyL9 pic.twitter.com/26HCSD8pWW
— La Gaceta de Salamanca (@LaGacetaSA) May 15, 2023
Ante el segundo dio una dimensión bárbara, más solvente y contundente. De autoridad plena. Puso a todos de acuerdo. Reservón, sin entrega, medía en cada embestida, le sirvió a Marco Pérez para encontrar novillo en todas partes, buscándole las vueltas. A base de pureza y compromiso en la colocación, yéndose al pitón contrario, le extrajo los muletazos con una capacidad excepcional. Apostó sin reservas. En una de las mil y una tarascadas el novillo se lo llevó por delante. Se cambió de pitón a pitón con el menudo cuerpo por los aires; y, ya en el suelo, siguió una paliza soberana. Los pitones revolotearon por la cara, lo empaló por el bajo vientre y lo lanzó por los aires. Una paliza brutal. No pudo con él. Volvió con la misma autoridad, firmeza y seguridad. La plaza, rendida, ya sin reservas. Las dos orejas fueron de ley.
Y ahí llegó la puerta de chiqueros y, de nuevo, una mente despejada, apabullante, en una faena, que fue increscendo, con los mejores pasajes en el epílogo. Tuvo nobleza y bondad el Jandilla, pero le faltó entrega, Marco le buscó los muletazos de uno en uno, con pureza, saboreando cada embroque, dándole a todos carácter de acontecimiento. Y ahí de nuevo vibró Madrid. Lo que le faltaba a cada embestida lo ponía él. El fallo con la espada le privó de hacer pleno. Madrid era suya, una voz brotó del tendido: «¡Marco, vuelve cuando quieras!». Volverá, para seguir haciendo historia de algo que ya no es futuro, es presente. Una realidad del toreo que está muy vivo.
LA FICHA
Con 15.000 espectadores en los tendido en mañana soleada y calurosa.
Se lidiaron tres erales de Jandilla, de diferente presencia. A más y mayor volumen según fueron saliendo, con cuajo de utreros los dos últimos. Bravo y de gran juego el 1º;arisco y sin entrega el 2º que no regaló ni una embestida; nobles pero sin entrega ni repetición el reponedor 3º.
MARCO PÉREZ
Estocada casi entera (dos orejas); estocada (dos orejas) y dos pinchazos y estocada defectuosa (vuelta al ruedo). Salió a hombros por la puerta grande.
Las mejores imágenes del increíble debut de Marco Pérez en Las VentasVer 23 fotos
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