El gran reto del Carnaval del Toro llega a Ciudad Rodrigo: ¿quién es Víctor Herrero?

Hace más de 60 años que un rejoneador no actúa ni en el Carnaval del Toro ni en la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo. Y este año sucederá de la mano de Víctor Herrero, rejoneador de El Bodón que ha aceptado un reto cuanto menos comprometido, por las peculiaridades, forma y espacios reducidos que presenta un escenario espectacular y único pero que no parece el más adecuado para un festejo así. Fue la propuesta de los constructores de los tablaos la que puso en marcha la idea. Víctor Herrero es el gran protagonista y quien muestra sus sensaciones apenas cinco días antes de la cita: «Estoy entrenando mucho las cercanías, aunque esa peculiaridad en los entrenamientos solo la hago para mí, para los caballos no. Para ellos no modifiqué nada. Yo sí se que voy a torear y donde y creo intuir lo que puedo necesitar. A los caballos no he querido hacerle los entrenamientos más dificultosos para que no vayan quemados de entrada, si no poderosos y frescos y, sobre todo, tranquilos. Que no lleguen en alerta». Y ahí muestra una respuesta contundente: «Quien tiene que pensar es el torero y no ellos, ellos tienen que resolver y dar la cara en el embroque con el toro».

En su sentimiento y en el de los montadores de los tablaos aparece siempre la palabra «ilusión», que es la que ha llevado este reto adelante: «Fue todo progresivo, no hubo que tomar una decisión de inmediato. Todo se ha hecho y tratado con ilusión. Cuando todo va surgiendo y fluyendo como ha ido en los últimos meses no te paras a pensar ni en el ruedo ni en las dificultades. Te dejas impulsar por la ilusión del proyecto y nada más», confiesa el rejoneador, de 35 años, de El Bodón, donde tiene ubicado su cuartel general. Sus instalaciones, sus cuadras, sus caballos... su vida entera. Comenzó a torear en 2013 (debutó en Medina del Campo en un festival) y de ahí en adelante no llega aún a la treintena de festejos toreados. Sus temporadas más intensas fueron las de 2018 y 2019, en este último llegó a los nueve festejos, aunque lo normal es que toreara dos o tres al año. «No está fácil... las proposiciones no son siempre las más honestas», aunque rápido muestra su filosofía y manera de entender la vida y el toreo: «Me preocupa más que el número de festejos, que se haga con seriedad y sentirme a gusto toreando, encontrar el toreo que siento, la estética en el caballo y con el toro, la pureza de la lidia, los embroques. Ojalá llegara una temporada larga e intensa porque la disfrutaría, pero no es lo que me preocupa». E incide: «Mi pasión y mi ilusión es torear, pero mi vida es la de preparar caballos, domarlos y ponerlos a punto, que es como me gano la vida y lo que a su vez me permite torear de vez en cuando», confiesa con realismo y sinceridad.

Desde que salió la noticia confiesa la repercusión que ha tenido, el impacto en las redes sociales, aunque sabe que la clave está en que el domingo salgan bien las cosas: «Ahí es donde pueden venir los contratos...», expresa Víctor Herrero. Dice que el novillo de El Canario lo han elegido entre todos con la mayor ilusión para que salga bien: «Más bonito no puede ser...», asegura. Y en él deposita lo que pueda deparar esta cita y las dificultades que plantee lo que muchos creen una locura: «Si el novillo resulta como pensamos lo facilitará y se puede torear sin problema. Hay que tener cuidado, no dejarle pasar mucho tiempo en la parte de abajo de la plaza... Soy consciente de que si aprieta mucho, en esta plaza las distancias son cortas y las dimensiones reducidas. Sobre el piso me han dicho que va a ser igual que el del año pasado y no será problema». Y ahí incide otra vez en la condición del novillo: «Si no colabora y se refugia en las esquinas va a ser complicado, ahí habrá más dificultad que en una plaza redonda. Si se complica todo habrá que solventarlo con profesionalidad. Me preocupa más que el novillo salga bueno que el escenario», se sincera antes de presentar su cuadra. Tiene a siete caballos listos para torear, llevará cinco: de salida montará a 'Ojo pequeño', para banderillas a 'Ajedrez' (de su propio hierro, que «transmite mucho en el embroque, y es muy expresivo», dice), 'Ídolo' (con el hierro de Zúñiga) que «en sus batidas al pitón contrario llena mucho la plaza»; 'Otomano' (con el hierro de Vinhas), debutaría en el caso de que saliese; y para el último tercio, 'Homero', de Ascençao Vaz. Esos son los protagonistas, el desenlace, el sábado en la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo.

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