De La Glorieta a la Peña de Francia: la promesa del sueño cumplido de un torero

El sueño de Jesús de la Calzada era torear como novillero con picadores en La Glorieta. Le costó un mundo que le hicieran un hueco en la novillada de la Feria en las últimas temporadas, varios años en los que había hecho méritos más que sobrados para disfrutarlo, hasta que el año pasado consiguió ver su nombre en los carteles del festejo que abría la Feria. Sin embargo, dos días antes del 11 de septiembre un novillo le pegó una tremenda paliza en Villaseca la Sagra (Toledo) a este espigado y buen torero de San Martín del Castañar que acaba de cumplir 24 años, que le luxó el hombro derecho poniendo en jaque la presentación como novilleros con picadores ante sus paisanos: fueron 48 horas de exigencia máxima, fisios, rehabilitación… y toda la incertidumbre a cuestas para llegar en las mejores condiciones tres días después a la cita en La Glorieta, el 13 de septiembre, con los utreros de Antonio Palla.

En aquella tesitura Jesús de la Calzada hizo una promesa. Si conseguía llegar a punto a La Glorieta y hacer el paseíllo, peregrinaría a pie desde la puerta grande de la plaza de toros de Salamanca hasta el santuario de la Peña de Francia. Casi 90 kilómetros por delante y una previsión de 18 horas sin parar. El reto lo ha comenzado esta tarde, desde la puerta grande del coso charro, en el que no solo hizo el paseíllo el pasado mes de septiembre sino del de que logró salir a hombros por la puerta grande tras cortar una oreja a cada novillo. Una prueba exigente consigo mismo, una faena de absoluta superación, de compromiso y de puesta a punto para una temporada en la que tiene el objetivo de poder llevar a tomar la alternativa.