Borrar
Manuel Diosleguarde en el ruedo. Archivo
«Quiero dar un golpe de atención en La Glorieta y que vean que sigo vivo»
Manuel Diosleguarde, torero salmantino

«Quiero dar un golpe de atención en La Glorieta y que vean que sigo vivo»

«La Glorieta me motiva para dar y sacar todo lo mejor de mí. Se que Salamanca quiere un torero y ojalá algún día ese torero sea yo»

Miércoles, 6 de septiembre 2023, 17:59

Diosleguarde pisa fuerte. Se ve fuerte. Motivado y convencido. Lo ha demostrado en el ruedo. Lo hace igualmente también en el cara a cara de la entrevista. Sin dudas. Contundente en todas sus respuestas. Y además está convencido de que lo mejor todavía está por llegar. Palabras que toman aún más fuerza si se sabe de donde viene... Hace apenas un año acababa de salvar la vida, a estas alturas de hace un septiembre no sabía si podría volver a caminar y aún le quedaba más de mes para volver a ponerse en pie. Ese mismo día lo aprovechó para esbozar unos naturales con la muleta que le llevaron a la propia habitación del hospital, ya de Salamanca.

Había pasado un interminable mes en Valladolid, a donde llegó casi más muerto que vivo tras la terrorífica cornada que le infirió Caminante, aquel toro carbonero y salpicado con el hierro de los Herederos de Cebada Gago. Cuéllar, 28 de agosto (el mismo día de la muerte de Manolete, 1947) a punto estuvo de volver a teñir de luto el toreo. Marta Pérez, la cirujana salvadora obró el milagro en la propia enfermería del coso en la que se le iba la vida a borbotones a Manuel Diosleguarde con la pierna derecha abierta en canal. Fue la cornada más grave de toda la temporada. Aquello ya forma parte de la historia, a Diosleguarde le costó casi ocho meses ponerse a punto para volver a los ruedos. Reapareció el 23 de abril en Guijuelo. Y lo quiso hacer dándole portazo a las supersticiones y a los fantasmas. «¡El grana y oro!», le dijo aquella tarde a Pedro, su cuñado y mozo de espadas. El mismo vestido que lucía la tarde de la cornada se lo puso el 23 de abril en Guijuelo. La tarde que salió a hombros con Morante de la Puebla y Emilio de Justo. Los toreros son especiales hasta para esto. Diosleguarde quería frenar de raiz los malos pensamientos para que no le jugaran malas pasadas. Y así lo hizo. No fue solo el gesto de volver a ponerse de nuevo el mismo terno, sino también la forma con la que ha vuelto a encarar la suerte suprema (ahí cayó en Cuéllar) en cada tarde en la que se viste de luces. Con la rectitud de los grandes se tiró vestido de grana y oro en abril en Guijuelo; y de nazareno en agosto en el mismo escenario; de verde hoja en Toro (Zamora) y de nuevo con el nazareno en Peñaranda. Todas las tardes a hombros por la puerta grande. Todas de nuevo en éxito. El revivir de un torero que, lejos de darse por vencido, está convencido de que todo lo mejor está por venir. Entre otras cosas, su presentación como matador de toros ante sus paisanos, este domingo en La Glorieta.

¿Cómo está siendo la valoración del verano en la que estás contando las actuaciones por triunfos?

Las sensaciones están siendo muy buenas. Me estoy encontrando muy a gusto en la plaza, con aplomo y con seguridad. Otra cosa importante y que me está dando mucho impulso es que me estoy viendo bien con la espada. Lo he trabajado mucho todo el pasado invierno y también toda la temporada y estoy viendo como los esfuerzos y el trabajo tienen recompensa. Ver los resultados me motiva mucho.

¿Qué está siendo lo más importante de todo lo que estás consiguiendo más allá de los triunfos?

Ir puntuando y que cada tarde en la que toreo se hable de mí está siendo crucial, sobre todo en mi cabeza. Las circunstancias en las que estoy me llevan a que todos los días tengo que lograr puntuar. Y luego, más allá de las orejas, a lo que me preguntas, sin duda, las buenas sensaciones que estoy dejando en cada plaza en la que actúo. Ni mucho menos estoy satisfecho con lo que he conseguido, porque soy muy exigente conmigo mismo y se que puedo dar más de mí. Por eso, seguiré trabajando para continuar sacando lo mejor cada tarde que toree.

En cada actuación el punto de mira, de todos no solo de usted, está puesto primordialmente en la espada (en la suerte suprema es donde llegó el gravísimo percance del 28 de agosto de 202 en Cuéllar que a punto estuvo de costarle la vida), ¿Cómo lo está viviendo y afrontando?

La verdad es que he trabajado mucho este invierno, en el carro de entrenar y también mentalmente. Y lo cierto es que la sensación que tengo en el ruedo es que no me está costando trabajo montar la espada e ir detrás de ella cuando me pongo frente al toro. Me estoy viendo fácil en la medida de lo que esto se puede decir, porque lógicamente esa suerte lo tiene todo menos facilidad; pero lo cierto es que no me está costando y lo estoy viendo bien.

Hasta el momento han sido cinco corridas de toros (Guijuelo, Sahagún, Guijuelo, Toro y Peñaranda). A más de uno está sorprendiendo la seguridad con la que está, sabiendo lo que pasó y de donde viene…

Me estoy encontrando bien. Es verdad que al principio de año todo era una incertidumbre, y no sabía cómo iba a estar. A principio de temporada estaba fuerte y dispuesto, porque este invierno ha sido de mucho trabajo. En el campo las sensaciones del invierno eran muy buenas. Por eso, en cierto modo, este nivel que estoy demostrando en la plaza en estos últimos festejos no me ha sorprendido.

¿Cómo se está encontrando, mejor de lo que esperaba o peor de lo que quisiera?

—Sí, estoy como quería estar. Todo es fruto del trabajo duro e intenso que he llevado en todo este tiempo en el que nada ha pasado en balde. Ahora, como bien te digo, soy capaz de dar más de mí. Lo creo y también lo siento. De sacar mucho más de mí. Ni mucho ni menos estoy conforme con lo que estoy consiguiendo. Ahora me quedan dos citas por delante esta temporada, las tengo que aprovechar, tengo que seguir puntuando y dando motivos para que confíen en mí.

¿Qué supone la cita de Salamanca? La Glorieta, al fin y al cabo, además de su plaza y en la que se va a encontrar por primera ante sus paisanos. Además, es el coso de mayor relevancia que va a pisar esta temporada.

Me hace mucha ilusión torear en La Glorieta, era uno de mis sueños, no de este año sino de toda mi vida. Presentarme aquí como matador de toros. Es la plaza de mi tierra, donde he crecido como persona y como torero. Por eso no hay más que alicientes. Personalmente va a ser el punto fuerte de mi temporada, así quería que fuera. Y ahora quiero que aquí me vean de la mejor forma posible. Al mismo tiempo quiero que me exijan, que me apoyen y sea un día bonito para todos.

Una novillada sin caballos (2017) en la que cortó un rabo a un eral de Lorenzo Espioja, y dos novilladas con picadores (2019 y 2021) en las que logró cortar una oreja, ¿qué valoración hace de su paso por La Glorieta antes de presentarse como matador de toros?

En La Glorieta aún no me han visto como soy, quizá no he tenido suerte de poder cuajar una faena en Salamanca. Ojalá que sea de matador de toros y si es este domingo, mejor. Para qué esperar más... (risas).

¿Cambia algo en su vida al verse anunciado como matador de toros en La Glorieta?

Se vive todo con más intensidad, aunque es cierto que el entrenamiento es lo mismo para torear una corrida de toros en un pueblo que para hacerlo en Salamanca. El toro te exige estar preparado al cien por cien en todas las plazas porque él no distingue de escenarios. El toro sale en Guijuelo y sale en Salamanca. Es verdad que La Glorieta responsabiliza más. Es una de las ferias importantes dentro de la temporada, quiero estar a la altura y dar un golpe de atención para que vean que sigo vivo.

¿Qué opinión tiene de la ganadería y del cartel?

Con esa ganadería he tenido la suerte de torearla por primera vez este verano en Guijuelo, y las sensaciones han sido buenísimas. La corrida tuvo una calidad inmensa, y ojalá que la de Salamanca salga en esa misma línea. Entiendo que los ganaderos la habrán elegido con el mayor cariño del mundo. El cartel, me motiva, yo tengo mi camino y saldré a darlo todo ya destacar esa tarde por encima de los demás.

¿Qué tiene Salamanca que no tenga el resto de las plazas?

Soy de aquí, esta es mi casa. Es donde he crecido como persona y como torero. Me he hecho torero aquí. Se que es una plaza que exige mucho y eso lejos de acomplejarme, me motiva para dar todo lo mejor de mí. Se que Salamanca quiere un torero y ojalá algún día ese torero de Salamanca sea yo.

¿Esperaba una mayor y mejor respuesta de empresas después de los triunfos de 2022 y también, por qué no decirlo, viniendo de donde ha venido con aquel terrible percance?

Es evidente que hay algunos sitios que me hubiera gustado estar. Y debía de haber estado. El año pasado dí la cara, al final solo pudieron ser cuatro corridas de toros y en todas salí a hombros; el percance fue un accidente. A lo mejor sí que me tenían que haber tenido más en cuenta pero lo cierto es que no ha sido así. Las plazas van a seguir estando ahí, si no ha sido ahora el momento, si no ha podido ser, espero que vuelva a ser muy pronto.

¿Qué ha sido o está siendo lo más duro y lo más difícil en este duro peregrinar?

Lo más duro ya ha pasado, ahora es todo más bonito. Lo duro fue el pasado invierno, la preparación, volver a encontrarme como persona y como torero, volver a pisar ese sitio, recuperar la confianza. En definitiva, volver a estar preparado. Vencer esa incertidumbre también, es lógico. Pero todo eso ya ha pasado. Ahora estoy disfrutando de un momento bonito.

¿Si mira para atrás qué ve? ¿No da miedo? ¿No asustan aquellos infiernos?

Las cosas vinieron así y hay que aceptarlo. Soy torero y se que para conseguir las metas que me he marcado y disfrutar el camino hay que sacrificarse, y por ese camino pueden llegar percances como el que a mí ya me ha tocado vivir. Ese capítulo ya está cerrado. Ya ha pasado y quiero olvidarlo. Está pasado y superado, que es lo verdaderamente importante.

Y el futuro, ¿cómo lo ve?

Eso depende de mí. Si soy capaz de responder cada tarde se que las puertas se irán abriendo.

La palabra que más se ha repetido en esta entrevista es «trabajo». Trabajo y trabajo y trabajo. ¿Es más mental que físico o más físico que mental?

Al final van unidos. Uno lleva a lo otro. Cuando uno es disciplinado y entrenas con dedicación, constancia y entrega hace que la mente esté preparada y más despierta. Si me veo físicamente bien, la mente también lo está y va a su par.

¿A qué nivel se encuentra? ¿Totalmente recuperado?

Casi al cien por cien. Mantengo aún alguna molestia, la pierna derecha, la de la cornada, no tiene todavía la misma fuerza que la otra, pero no me impide nada ejercer ni la vida ni mi profesión con normalidad. Aún tengo que mantener de manera diaria la media de comprensión durante todo el día y también seguir tomando de manera diaria el Adiro, el medicamento que sirve para evitar los trombos en la pierna herida.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca «Quiero dar un golpe de atención en La Glorieta y que vean que sigo vivo»