Espectacular estocada de Damián Castaño, encunado entre los pitones del segundo toro de Escolar. PLAZA 1

Damián Castaño, verdad sin cuentos en Las Ventas

Tarde meritísima del diestro salmantino donde lidia uno de los toros más arduos de la feria, el imponente quinto de José Escolar, con una gran firmeza, valor y autoridad; muy entregado con el otro: las dos ovaciones fueron un pobre premio para tal derroche de sinceridad

Martes, 4 de junio 2024, 21:34

La Ficha

  • Madrid, Las Ventas. Martes, 4 de junio Menos de tres cuartos de entrada en los tendidos en tarde entoldada y de calor en Las Ventas. 22ª de abono.

  • GANADERÍA 6 toros de José Escolar, el 5º, cinqueño. De imponente, cuajada y ofensiva poresencia. Noble, sin entrega pero con interés el mansurrón 1º; sin entrega el 2º que apenas tuvo dos tandas; noble y bueno el exigente 3º;deslucido el 4º; arduo el orientado 5º, complicado el 6º.

  • DIESTROS

  • FERNANDO ROBLEÑO OLIVA Y ORO Pinchazo y estocada trasera y atravesada con nueve descabellos (silencio dos avisos);y casi entera (silencio).

  • DAMIÁN CASTAÑO LILA Y ORO Estocada tendida (ovación con saludos); y estocada casi entera baja y descabello (ovación con saludos).

  • GÓMEZ DEL PILAR GRIS PERLA Y ORO Estocada (ovación tras aviso);y estocada casi entera y tres descabellos (silencio).

Una recompensa pírrica y si me apuran hasta absurda resultó las dos ovaciones que recogió Damián Castaño en Las Ventas tras un derroche de entrega y verdad. Le planteó faena sin probaturas al segundo que duró un suspiro y estuvo tremendamente sincero y generoso con uno de los toros más peligrosos de la feria, el quinto. A los dos los mató con brevedad, que no es poco para su calvario con la espada. Como Robleño y Gómez del Pilar, estuvo por encima de un comprometido examen de «escolares».

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Sin entrega de capa Cortinero, muy astifino, derribó a Alberto Sandoval que toreó muy bien a caballo para fijar a un toro remiso, escabador y distraído: se repuchó primero y se desentendió después. Le hizo un flaco favor Gómez del Pilar poniendo en los medios al toro para el tercer puyazo cuando el toro había demostrado todo menos bravura. Ahí se arrancó con más espectacularidad que entrega. El tercio fue engañoso. Sin probaturas se fue al tercio Damián Castaño en busca de su oponente, para torear rápido, templado, erguido y relajado. Giró bien sobre sus talones, le exigió más en la segunda tanda y el toro se dolió pidiendo series más breves. Aguantó los parones, las miradas cuando se quedó al hilo. Los parones del toro le obligaron a buscar el pitón contrario. Eso que parecía un alivio era casi su sentencia, porque ahí Cortinero tuvo más enfilado que nunca al torero. El toro había durando un suspiro. Aquellas dos primeras series fueron efímeras. Enfiló el camino con la espada con gran verdad, recto y tirándose encima. Le tapó el toro la salida y en el embroque quedó encunado. Salió ileso de milagro.

Imponente el espectacular cinqueño quinto. Cornalón y cornilantero Cancionero. Todo de los de meter miedo. Echó las manos por delante y se quedó muy cortó en el capote de Damián Castaño, en el que ya mostró sus aviesas intenciones. Se metió siempre una barbaridad con mucho sentido en la brega por el pitón derecho, orientado y sabiendo donde estaba la presa. Se perdió un mondo en el caballo donde no se hizo otra cosa que demostrar su nula condición. Midió, esperó y cortó en banderillas con un sentido que infartaba al más valiente. Chacón y Prestel pasaron fatigas para dejarlas de una en una.

Como no tenía ni un muletazo con la derecha, lo pasó dos veces por aquí y se echó la muleta a la izquierda para tratarlo como si fuera bueno. Verdad sin cuentos. Tragó quina, aguantó las probaturas, miradas y parones ofreciéndole el pecho y su vida entera a cambio de nada. Porque nada era lo que le iba a entregar ese marrajo. Los naturales que le robó Damián a base de convencimiento, y de uno en uno, de apenas eco, tuvieron un mérito tremendo. Antes y después de que se le fuera al pecho en tarascadas indómitas. A sabiendas de la arduas complicaciones volvió a intentarlo pasado el ecuador por el pitón del miedo, cruzando la frontera sin dudas convencido de que aquella agresividad la iba a vencer a base de su inquebrantable fe. Los cuatro naturales finales a pies juntos fueron memorables, por el mérito de conseguirlos y por cómo llegó hasta ahí, monumental. La firmeza del torero fue soberbia.

Descolgó y se entregó a la salida del caballo el primer Escolar que llegó a la muleta con nobleza, pero sin irse en cada muletazo y saliendo desentendido. No se entregó nunca. Quiso aprovecharlo rápido Robleño, desde la primera tanda, en la que pareció ser mejor de lo que luego demostró. Por el izquierdo le marcó en el primero y no tuvo ni un muletazo. Le consintió más de lo que merecía Robleño que dio una lección de toques, alturas y distancias, de no aburrirse nunca y de buscar todos los resquicios en una faena larga e interesante, que mantuvo en vilo siempre. El mismo tesón le puso al cuarto, más vacío de todo.

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De la primera parte del encierro de Escolar el toro más claro, franco y noble fue el tercero. Así la demostró en la primera tanda de Gómez del Pilar. No le sentó bien al toro que le cortar las distancias y se metiera en su terreno;por el izquierdo no fue igual y cuando volvió al pitón bueno ya no lo era tanto. Insistió después por la zurda comprometiéndose y buscando el pitón contrario Dos claves fundamentales para las que hacía falta mucho valor: aguantar las miradas y estar siempre muy cruzado. Lo hizo Gómez del Pilar. Lo del sexto fue una historia imposible.

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