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Damián Castaño, ya en pie, con la muleta de torear en la mano en la habitación de la Clínica.
Damián Castaño ya torea en la habitación del hospital

Damián Castaño ya torea en la habitación del hospital

El diestro salmantino se levanta de la cama por primera vez tras el percance sufrido el domingo en Las Ventas y lo primero que hace es pedir una muleta para dar al viento los primeros pases

Javier Lorenzo

Salamanca

Miércoles, 26 de marzo 2025, 07:00

En cuanto supo que el doctor Máximo García Padrós le iba a indicar ayer por la mañana que se incorporara de la cama y comenzara a dar los primeros paseos por la habitación y el pasillo del hospital, lo primero que hizo Damián Castaño fue pedir que le llevaran una muleta a la misma habitación para recuperar sensaciones. Y así fue. Damián Castaño ya se ha puesto en pie antes de que se cumplieran 48 horas del percance. Reconoce que fue la primera vez que pudo dormir desde el pasado sábado. La noche previa al festejo no pegó ojo, y la del percance tampoco. El lunes no cesaron las visitas durante todo el día a la habitación de la clínica de la Fraternidad en la que, desde entonces, sigue ingresado. La visita de don Máximo, el cirujano que le operó el domingo por la noche en la enfermería de Las Ventas sirvió para recibir esa primera orden de empezar a caminar de nuevo. Pequeños paseos, apoyado en una muleta ortopédica. Aunque la otra también aprovecha para cogerla con la otra mano: «La de torear necesitaba volver a sentirla, el tacto, el peso...». Aunque de momento sigue evitando los dolores a base de los calmantes que cada tres y cuatro horas le ponen, reconoce que ayer lo pasó mal en los momentos críticos de levantarse de la cama y de volver a acostarse: «Por los demás me encuentro bien», sentencia con una fortaleza de hierro. Le tira mucho la herida que tiene en la parte posterior del muslo izquierdo, justo por debajo del glúteo donde un rosario de no se sabe cuantas grapas hacen que cicatrice la herida. Esas tendrá que tenerlas puestas al menos quince días, este miércoles a mediodía el doctor García Padrós revisará de nuevo los drenajes y seguramente ya se los quiten, aunque don Máximo no ha querido adelantarle acontecimientos y apela a la cautela y a ir paso a paso. Si todo está en orden tal vez hoy, o si no mañana, podría recibir el alta hospitalaria de la clínica madrileña y volver a Salamanca.

Damián Castaño ya solo piensa en volver a torear, tiene entre ceja y ceja la cita del 27 de abril en la plaza de San Agustín del Guadalix (Madrid) donde protagonizará la inédita encerrona con los seis toros de Dolores Aguirre, que son los que más dolores de cabeza le levantan a los toreros, la que más miedos le generan y en los que, sin embargo, el diestro salmantino tiene depositadas todas sus ilusiones.

Fernando Robleño acudió el lunes a visitarle a la Clínica de la Fraternidad de Madrid.

Damián Castaño no ha dejado de tener visitas en la Clínica de la Fraternidad. Desde el diestro Fernando Robleño, a banderilleros como Juan Carlos Rey o Iván García, lógicamente su cuadrilla al completo, el hermano de Rafael de Julia e incluso el presidente en Las Ventas del festejo del domingo, José Luis González, que también se interesó por él como lo hizo ayer el alguacilillo de la plaza y también los miembros del Club taurino 3 Puyazos, los organizadores de la Feria del Aficionado de San Agustín de Guadalix (Madrid) en la que el diestros salmantino está anunciado el 27 de abril con seis toros en solitario de Dolores Aguirre.

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