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El equipo médico decidió este martes mantener a Manuel Diosleguarde en la REA, la sala de reanimación en la que le retiraron la sedación en pasado lunes. Allí le despertaron después de tres intervenciones, veinticuatro horas de quirófanos, miedos e incertidumbres, tras la gravísima cornada que sufrió en Cuéllar el domingo que a punto estuvo de costarle la vida. Le rompió la vena y la arteria femoral de la pierna derecha y le tocó también la safena. Un destrozo brutal. Hoy ya todo el toreo respira un poco más tranquilo. Manuel Diosleguarde lo primero que hizo el lunes nada más despertar de aquel mal sueño fue esbozar una sonrisa; y ayer le pidió al médico que si le podía decir a su padre que le llevara su teléfono móvil en la visita de una hora a la que tienen acceso los familiares cada día. Un gesto que denota el buen estado de ánimo del torero y que sirve para ratificar el buen pronóstico de los médicos que confirmaron que Diosleguarde había pasado “una buena noche”, que “todo lleva los pasos correctos”, que existe una “buena tensión” y riego en el pie, que es una de las complicaciones que más temen los médicos en la evolución del diestro.
“Hoy —por este martes por la tarde, cuando el padre y la madre del torero pudieron entrar a visitar a Diosleguarde durante una hora en la REA— estaba un poquito más bajo por la medicación pero mantenía el buen ánimo y se encontraba bien”, confesaba el padre del torero quien además apuntó que, al menos durante todo este miércoles, lo mantengan en la Sala de reanimación del Hospital Clínico de Valladolid.
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