El 6 de julio de 2024 Barcial celebrará su centenario. Cien años desde que lidió por primera vez en Madrid, hito con el que los hierros toman su antigüedad. Y en la temporada de los fastos, la divisa de Jesús Cobaleda tendrá en Francia el principal escaparate para lidiar sus reses de procedencia Vega Villar. En concreto, un día después del centenario, Barcial está anunciada en la novillada que se celebrará en Ceret, uno de los principales escenarios del torismo más puro de Francia, donde se rinde culto al toro por excelencia y donde también ha logrado recientemente triunfos destacados. No en vano, el 18 de julio de 2021 un utrero de esta ganadería fue premiado con la vuelta al ruedo en este escenario. Desde entonces no ha vuelto a lidiar en él y su retorno será para celebrar el centenario del hierro.
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La camada de la temporada del centenario de la divisa blanca y negra está compuesta por cuatro novilladas picadas, además de dos cuatreños sueltos, que bien se lidiarán en alguna corrida concurso de ganaderías o bien irán destinados a las calles en festejos populares. Y de los cuatro encierros de utreros, además de Ceret ya está confirmada su presencia también en la novillada que se anuncia en otro coso francés, el de Orthez, donde saltará en el festejo con picadores matinal de la doble sesión taurina que se celebrará el 28 de julio que se completará por la tarde con una corrida de toros concurso de hierros portugueses (Palha, Veiga Teixeira, Antonio Silva, Canas Vigoroux, Vinhas y Herculano Silva). Los otros dos encierros de Barcial para 2024 aún no tienen destino.
«Los trofeos de este fin de semana en Calasparra y el centenario que tenemos a la vista nos llenan de ilusión y son una bomba de oxígeno en nuestra lucha», puntualiza Jesús Cobaleda, que confiesa que para él lidiar en Francia es «lo que más» le llena: «Ese país es especial por todo, por como apuesta y se rinde al toro bravo sin reserva dándole todo el protagonismo que merece».
José Vega fundó la ganadería en 1910 con vacas de Veragua y sementales de Santa Coloma y cuatro años más tarde pasó a los hermanos Villar; fue en 1928 cuando Francisco Villar vendió su parte a Arturo Sánchez Cobaleda. A su muerte, en 1942, pasó a sus hijos, dividiéndose en 1950 y correspondiendo uno de los lotes a Jesús Sánchez Cobaleda que anunció a nombre de la finca Barcial. Tras la muerte de Jesús, en 1960, pasó sus herederos y posteriormente a Arturo Cobaleda González.
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