

Secciones
Destacamos
Los toros de Castillejo de Huebra ya se crían bajo las centenarias encinas del Campo Charro. En los últimos cuatros años los toros murubeños de María José Majeroni ya crecieron en la finca de Castillejo de Huebra, en pleno corazón del Campo Charro, rompiendo la costumbre que había sido norma en la casa en las últimas décadas. Las vacas bravas de esta ganadería se repartían entre ésta y la de Agustínez, otra de las fincas de esta familia ganadera.
Allí nacían y, en el momento del herradero, se quedaban en los predios charros las hembras hasta que con dos años pasaban el fielato del tentadero. Los machos, una vez bautizados a fuego, se trasladaban a Extremadura. Así se hizo siempre con los cuatro hierros que había en la casa: a Zamarril (en Portaje, Cáceres) los toros de procedencia Murube, con los hierros de Castillejo de Huebra y José Manuel Sánchez; a Santa María los ya desaparecidos de Sánchez Cobaleda (encaste Vega Villar) y Terrubias (Santa Coloma). En 2010, víctima de los tortuosos saneamientos ganaderos que terminaron con la paciencia del inolvidable José Manuel Sánchez, de eterno recuerdo, se quitaron las vacas de todas las procedencias y la familia se quedó unicamente con la rama de Murube, que se ha convertido en el referente de la ganadería, con dos hierros al frente: Castillejo de Huebra y José ManuelSánchez. Ahora ya están todos los animales de esta ganadería, machos y hembras, en Castillejo de Huebra, en plena ruta del toro bravo, a apenas medio centenar de kilómetros de la capital en dirección a Ciudad Rodrigo. «La de Castillejo de Huebra siempre ha sido una finca de hembras.
Esta es la primera vez que se deja aquí de forma definitiva la ganadería murubeña al completo, con las vacas y los machos. Cuando se quitaron las madres de Cobaleda, en el año 2010, únicamente nos quedamos con los machos del guarismo '0' y se bajaron a Extremadura hasta que por edad se fueron lidiando y se agotaron aquellas ganaderías. Desde entonces hubo en la finca un vacío sanitario, a pulmón nuestro, no obligado por la Administración. Nos mataban muchas vacas en cada saneamiento, era una auténtica tortura, una verdadera angustia. Iba a ser una muerte lenta.... Desde octubre de 2010 hasta ahora ya no hubo nada de bravo». Son palabras de María José Majeroni, que está al frente de la ganadería y que verá como en 2024, por primera vez bajo su batuta, los cuatreños se embarcarán por primera vez en Castillejo de Huebra, que ya es punto de destino de los principales veedores del campo bravo, al acecho ya de los toros del curso entrante. «Los toros siempre tienen que estar cerca del ganadero», confiesa María José Majeroni: «Siempre había confusión con el nombre de la ganadería, con las fincas, con las procedencias. Castillejo tiene la extensión suficiente para coger toda la ganadería, y ahí está ya. Es más cómodo para todos, tenemos más cercanía y facilidad con las empresas. Es la decisión mejor tomada», confiesa la ganadera. Así, los toros de Castillejo de Huebra serán más salmantinos que nunca. Los que se embarcarán en 2024 se gestaron y nacieron en el Campo Charro y de aquí ya no se movieron. Aquí se embarcarán a lo largo de la próxima campaña para desvelar su misterio en las plazas de la temporada.
En Castillejo de Huebra aguardan ya los setenta toros que forman la camada de 2024. De ellos podrían salir hasta tres corridas de plaza de primera, confiesa María José Majeroni. Los otros toros, para cosos de segunda y tercera, que forman la camada enamoran a cualquiera, por hechuras y belleza. Todos se lidiarán a pie, una vez que dieron el paso hace una década y dejaron a un lado la lidia de rejones en la que estaban encasillados. Aquella decisión la tomaron cuando falleció José Manuel Sánchez y su hija María José tomó las riendas de la ganadería: «Queríamos que todo el mundo viera en la lidia a pie el toro de Murube-Cameno-Castillejo. Somos los únicos ganaderos de este encaste que lidiamos la camada entera a pie «, matiza María José Majeroni. Diez años después se muestra «muy satisfecha» a la hora de echar la vista atrás y ver los resultados obtenidos: «Cada vez la gente y los torero nos conocen más y las cosas están saliendo bien, aunque aquí hay que tener siempre los pies en el suelo». «A pesar de que en aquella anterior etapa lidiábamos la mayoría para rejones siempre seleccionamos y tentamos pensando en el toreo a pie».
El tema de la humillación «se ve más a pie», la codicia se puede ver igual en las dos tipos de lidia, advierte Majeroni que pone sobre la mesa las principales virtudes de sus toros: «La mayor virtud del toro del Castillejo es la humillación, el galope y la entrega. Buscamos la codicia que es lo que da la trasnmisión del toro al torero y es lo que llega al tendido». También dice haber dejado atrás los problemas con la fuerza: «No es que fuera falta de fuerza, hace 15-20 años se pedía un toro más grande, más alto y atacado de kilos que los que hoy se lidian. Entonces el toro se movía menos. Ahora es mucho más atlético, más bajo, más bonito, con más cuello. Tiene más probabilidad de embestir, se ha mejorado mucho y logicamente ya no se caen tanto como en aquella época, no solo en mi casa sino en todas», así analiza María José Majeroni la evolución ganadera de las dos últimas décadas del toro bravo para llegar a una conclusión que además de firmarla tiene el aval de los resultados en los ruedos:«Ahora mismo, en 2023, hemos podido ver como se lidió en la plaza el toro más bravo de toda la historia, el que mejor embiste y el que más humilla. Estamos viviendo una época gloriosa en cuanto a los toros. En cualquier corrida concurso en la que un ganadero se la juega a una carta salen toros de mucha categoría».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.