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Pocas series logran convertirse en fenómenos globales como Juego de Tronos o Los Bridgerton, y cuando esto sucede, el público disfruta participando en debates y memes, especialmente en redes sociales. El Juego del Calamar alcanzó este estatus tras romper récords de audiencia con su primera temporada en Netflix, asegurando así una continuación que ha sabido mantener el nivel sin parecer forzada.
La serie presenta una premisa impactante: personas en situaciones de gran vulnerabilidad y desesperación aceptan participar en juegos infantiles con la esperanza de ganar un premio millonario, sin saber que los perdedores serán ejecutados. Aunque la historia parece sencilla, destaca por su combinación de tensión extrema, desarrollo profundo de personajes y una narrativa que entrelaza emociones como el miedo, la tristeza y la desesperación con momentos de humor bien encajados. El protagonista, Seong Gi-Hun, evoluciona drásticamente de la primera a la segunda temporada, pasando de la ingenuidad y mediocridad a una frialdad marcada por el trauma.
El éxito de la serie también se debe a una estructura narrativa adictiva, con episodios que terminan en momentos de máxima tensión y tramas secundarias que enriquecen el lado humano de los personajes. La segunda temporada, además, introduce nuevas historias, como la de una ejecutora del juego que desarrolla un vínculo con una niña enferma, abriendo nuevas líneas argumentales que podrían dar mucho de sí en un futuro.
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Con una producción cuidada al detalle, El Juego del Calamar ha consolidado su lugar como una de las series más impactantes de la última década. Ahora, tras una segunda temporada que ha dejado abiertas varias incógnitas, Netflix ha puesto fin a la incertidumbre: la última temporada llegará el 27 de junio.
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