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Martes, 10 de enero 2023, 17:00
Soberbio, descarado e incluso impertinente se ha mostrado este martes en el juicio A.S.C., el presunto cabecilla del grupo que en septiembre de 2021 perpetró uno de los asaltos más espectaculares de la historia de Salamanca, el asalto a una lujosa joyería de la Plaza Mayor. Hasta tal punto ha llegado la cosa que la juez ha tenido que expulsarlo de la sala, ante sus formas durante los interrogatorios de las partes, especialmente el de la acusación particular. El Juzgado de lo Penal número Dos ha acogido este martes la vista oral por los hechos, en el que el líder del grupo inició su declaración señalando: “Voy a contestar a las preguntas de mi abogado simplemente o a las que yo considere oportunas”, porque, según dijo, tan solo tiene problemas con la Justicia en el País Vasco (donde reside al igual que el resto de acusados) y que si vino a Salamanca es porque su hermano, también acusado y que responde a las mismas iniciales, estaba mal y acudió en su ayuda. “Yo no tendría que estar aquí y esta persona -en referencia a la también acusada A.G.A., su pareja- tampoco, si quiere métame a mí su condena”, espetó a la juez, tras lo que dijo estar “lleno de rabia”.
Negó haber dado un nombre falso a la recepcionista del hotel donde se alojó con su pareja en aquellas fechas, que las consecutivas llamadas -26- con las que presuntamente guió a los autores materiales durante el asalto y también ser el autor de las múltiples consultas relativas a relojes de lujo y noticias sobre el asalto que aparecieron en su móvil. Aseguró además que el dinero que los agentes encontraron en su casa no procedía del robo, sino del finiquito que había percibido su pareja tras ser despedida en pandemia e insistió una vez más en la inocencia de la mujer, asegurando que tal es su ira que hasta ha escrito al defensor del pueblo y tiene pensado escribir también un libro.
“La Policía miente, les tengo denunciados”, dijo a continuación, recalcando que no vio ni preguntó nada porque confiaba plenamente en el otro acusado, A.P.A., tanto que incluso le entregó un Rolex , el mismo que encontraron los agentes en el registro en su casa, y pensó q se lo había regalado, que era “un detalle por amigo”, porque no sabía siquiera, dijo, “si era falso o si era bueno”.
“Vine porque mi hermano estaba en Salamanca, sin DNI, sin dinero y pedía ayuda”, volvió a decir, aunque poco después añadió que cuando llegó con su pareja fueron a un hotel porque estaba cansado por el viaje, le había prometido a su pareja que no la llevaría con el resto de “su cuadrilla” al piso que habían alquilado para venir de fiesta a Salamanca. Tras pasar por el hotel, se fueron a tomar unas copas, ella se fue a dormir y él se quedó un rato más.
Totalmente contraria fue la declaración de A.P.A. que reconoció todos y cada uno de los hechos de los que se le acusa aunque dijo no recordar muchas de las cosas y que estaba bajo lo efectos de la droga. Se le acusa de conducir el coche y que impactó hasta en tres ocasiones contra la entrada del establecimiento para luego entrar dentro y asaltarlo junto al hermano del presunto cabecilla y otros dos individuos que no han sido localizados, accedieron al interior llevándose consigo 13 relojes Rolex y diversas joyas de oro, diamantes, brillantes y aguamarinas.
“Tengo un problema con las drogas y lo único que he hecho ha sido robar para drogarme, nada más”, manifestó, aseguran que que desde los 16 años ha consumid “cocaína, heroína, anfetaminas...”, dijo y en su declaraciones exculpó igualmente a la acusada.
Además señaló que había vendido el botín por 35.000 euros en Pizarrales, barrio que él conocía porque pese a vivir en Bilbao acudía a menudo para comprar droga. Que él había percibido poco más de 7.000 y que pensaba seguir robando para poder drogarse
En medio de un mar de lágrimas declaró por su parte A.S.C., hermano del presunto líder, que dijo estar “muy mal” y que sufre varias enfermedades mentales, alegando igualmente que aquella noche iba hasta arriba de drogas porque consume: “Éxtasis, LSD, heroína no porque no me gusta, de todo... a mí me dieron 5.000 euros -tras el robo- pero me lo gasté en cocaína y chicas”.
El juicio ha concluido pasadas las 14:30 horas y ha quedado visto para sentencia. La Fiscalía ha mantenido su petición de penas de hasta 7 años de cárcel, 10.000 euros de multa y una indemnización de 215.000 euros.
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