Un preso juzgado por atentado en Topas: “Fue el funcionario quien me agredió a mí con una porra”

El Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca ha dejado visto para sentencia el procedimiento seguido contra el ciudadano belga S.L.M.L. por negarse a salir de su celda tras provocar un fuego en la misma, agrediendo a un funcionario de la cárcel de Topas. Al término del juicio que se celebró este lunes, la fiscal mantuvo su petición de un año y once meses de prisión por un delito de atentado a agente de la autoridad con la agravante de reincidencia, informan fuentes del caso a LA GACETA.

S.L.M.L. ha declarado que aquella mañana había consumido “quetiapina y diazepam”, medicamentos antipsicóticos y tranquilizantes, respectivamente. Negó haber agredido a nadie y dijo que fue un funcionario el que le agredió a él, al propinarle un golpe con una porra y hacerle sangrar.

Por su parte, uno de los funcionarios que declaró dijo que tuvo que sacarle a empujones de la celda porque no salía por sí mismo y se encontraba en riesgo debido a la humareda desencadenada por el fuego en la celda y que, una vez en el patio, se le abalanzó, precisando ayuda de otros trabajadores.

El conflictivo recluso está interno actualmente en la prisión Madrid V de Soto del Real tras haber sido condenado por un juzgado de Zaragoza por otro delito de atentado a agente de la autoridad y por otro de Castellón de la Plana por un tercer delito del mismo tipo.

Los hechos por los que le acusa la Fiscalía se remontan al 24 de noviembre de 2020, cuando se encontraba en el penal de Topas. Sobre las 20.00 horas se inició un incendio en la celda número 8 del módulo 11, lo que motivó la apertura inmediata de las celdas y la orden de abandonar el módulo e ir a las zonas comunes.

Todos los internos siguieron las indicaciones a excepción del ahora acusado, quien estando en la celda número 14 se resistió “activamente” a salir, precisa la fiscal, por lo que fue necesario que los funcionarios de prisiones le sacaran a la fuerza y le llevaran a la sala de día. Una vez allí, el acusado, “mostrando una vez más su desprecio a las indicaciones de los funcionarios de Topas, tomó un comportamiento de lo más agresivo hacia los trabajadores, hasta el punto de abalanzarse sobre ellos, lanzándoles toda clase de patadas y puñetazos “con la intención de menoscabar su integridad física”. Uno de esos golpes alcanzó a uno de los funcionarios, pero afortunadamente no resultó herido. Fue necesaria la intervención de varios trabajadores para reducir al recluso debido a su agresividad.

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