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Miércoles, 23 de febrero 2022, 09:31
Ocurrió el 12 de julio de 2021, de madrugada. Tres jóvenes caminaban por el paseo de Carmelitas cuando se dieron cuenta que otro grupo le seguía. Se detuvieron para ver qué pasaba y en ese momento al menos uno de los que iban detrás perpetró la salvaje agresión. Dos de los tres chicos abordados acabaron con lesiones muy graves por las que tuvieron que ser intervenidos quirúrgicamente: uno de ellos acabó con la mandíbula rota y el otro estuvo a punto de perder un ojo. Después de días de investigación, el presunto agresor, un toxicómano que acababa de cumplir los 18 años de edad, fue detenido y aunque negó los hechos ante el juez fue directo a prisión donde continúa a día de hoy.
Este joven, S.G.G., se sentará este miércoles en el banquillo de acusados del Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca para responder en los hechos. La Fiscalía le acusa de dos delitos de lesiones y le pide cuatro años de prisión por cada uno de ellos. En total ocho años de prisión.
Fuentes del caso explicaron en el momento del suceso que los tres jóvenes caminaban tranquilamente por el céntrico paseo cuando vieron que el otro grupo (integrado por cinco chicos y chicas) les seguía. Se detuvieron para ver qué querían y uno de los jóvenes que iba tras ellos les propinó dos fuertes puñetazos: a uno de ellos de frente y al otro por la espalda. En cuanto a los motivos que le llevaron a actuar con tal violencia se desconocen, aunque algunos testigos aseguraron entonces que se inició una disputa al parecer con motivo de un porro.
El servicio de emergencias 112 recibió una llamada a las 02.37 horas informando de la agresión, registrada frente al Hospital General Santísima Trinidad y hasta allí se movilizó una ambulancia para atender a los heridos: un joven de unos 30 años que presentaba un golpe en un ojo y otro de 19 que tenía otro en la mandíbula.
Sin embargo poco se sabía entonces del alcance que tendrían las heridas y pese a que la Policía identificó al presunto agresor en las inmediaciones del lugar de los hechos, este no fue arrestado hasta días después como presunto autor de dos delitos de lesiones graves.
El joven arrestado, que según se indicó entonces presentaba ya antecedentes por robo con violencia y lesiones, fue trasladado a dependencias de la Policía Nacional, donde no quiso colaborar con los agentes y se acogió a su derecho a no declarar.
Sin embargo tras ser puesto a disposición del Juzgado de Guardia sí quiso dar su versión de lo ocurrido. Dijo que él no había sido el agresor, que no había visto absolutamente nada y que él únicamente estaba defendiendo a su novia, una de las chicas que formaban parte de su grupo.
A pesar de ello, dos de los jóvenes que fueron atacados le reconocieron -el otro no pudo al haber sido sorprendido por la espalda-, de manera que el juez de guardia ordenó su inmediata entrada en prisión donde permanece a día de hoy por la salvaje agresión.
Según señalan fuentes del caso, el propio acusado ha reconocido que consume cannabis desde que tenía 8 años y en un informe el forense señala que a causa de su dependencia a la droga, S.G.G. sufre trastornos mentales y del comportamiento.
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