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Martes, 3 de noviembre 2020, 22:31
Joven, de unos 35 años, con pelo rubio teñido, de complexión fuerte y bien vestido y de nombre, Javier. Así es la descripción que aportan varios sacerdotes de la Diócesis de Salamanca de las zonas de Peñaranda, Alba de Tormes y Guijuelo, que han sido víctimas esta semana de un intento de estafa por parte de un hombre que fingiendo el fallecimiento de su madre les pidió dinero para viajar hasta Murcia para el sepelio.
“En mi modo de ser y de pensar no cabe que una persona utilice la muerte de su madre para timar a alguien. Me llamó a mediodía por mi nombre diciendo que quería hablar conmigo y quedamos a las cuatro de la tarde en el despacho del centro parroquial. Allí me contó que era de Peñaranda, que vivía en la calle Arapiles, y que sus hijos iban al colegio a la Encarnación e incluso me enseñó una foto de su madre en el móvil”, explicó ayer el párroco de Peñaranda, Lauren Sevillano. “Yo en Peñaranda conozco a mucha gente pero no a todos y su relato era totalmente verosímil, no me hizo sospechar nada, me lo creí todo y además lloraba y al hablar, a veces, se le entrecortaban las palabras y yo le daba ánimos”, añadió.
En su encuentro con el párroco el joven le informó, además, de que estaba en un ERTE y como era final de mes prácticamente habían gastado todo el dinero “pero que le quedaba algo y pensaba que con 150 euros tendría bastante para el viaje y gestionar el traslado de su madre a Peñaranda, a la que pensaba incinerar, y eso le di. Me dijo que lo demás se encargaba la funeraria. Yo actué de buena voluntad”, señaló el párroco de Peñaranda.
El modus operandi ha sido el mismo en todos los casos, el hombre contacta con los sacerdotes por teléfono llamándoles por su nombre para ganar su confianza y, apenado, les relata la muerte de su madre en Murcia pidiendo un encuentro para informarles sobre la situación. Ya, cara a cara, con el párroco cuenta de nuevo sus problemas económicos para hacer frente al traslado de su madre y el enterramiento en la parroquia y es cuando pide la ayuda económica para poder viajar junto a su esposa hasta Murcia.
Las cantidades solicitadas a los curas para el supuesto viaje han oscilado entre los 150 y los 380 euros aunque algunos no cayeron, por suerte, en el timo. “Puede haber historias muy distintas pero la clave es la misma: ganarse la confianza del párroco”, asegura uno de los sacerdotes. “El truco es no ir desde el principio a pedir dinero para el viaje, para no levantar sospechas, sino por la vía del sentimiento, crea una lástima hacia él, para luego pedir”, señala otro de los presbíteros, quien observó “algo que no le cuadraba”, y le requirió un documento acreditativo, momento en el que el joven puso diferentes excusas y se marchó, “supuestamente a buscarlo, pero no regresó”.
De esta forma, los sacerdotes han destapado esta posible estafa y advierten al resto de curas.
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