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Domingo, 25 de octubre 2020, 23:43
La noticia de su detención principalmente caló en Salamanca pero su posterior muerte y el hecho de que el Ayuntamiento de Villar de Plasencia fuera obligado a hacerse cargo de los gastos del funeral, al haber fallecido en su tramo de autovía, hizo que el caso saltara a nivel nacional y fuera cubierto por los principales medios de comunicación. Hace justo un año salió a la luz el nombre de ‘El Kepa’, el joven que a finales de octubre de 2019 fue detenido por la Policía Nacional por abusar de un niño de 14 años en una nave semiabandonada del polígono El Montalvo. El asunto tuvo poco recorrido y pronto llegó a su fin, pues tan solo unos días después el investigado, de por aquel entonces 29 años, se estrelló contra un camión en la A-66, en la provincia de Cáceres.
Tal y como publicó este diario, su detención se produjo el 22 de octubre de 2019 después de que en Comisaría se recibiera una denuncia en la que se apuntaba que un hombre había encerrado a un menor de 14 años de edad en una nave semiabandonada del polígono El Montalvo I, donde presuntamente le habría tocado, besado y le habría hecho una felación a pesar de la negativa de la víctima. Al parecer el menor acudió a la nave en cuestión acompañado de un amigo y una vez allí, tras hablar con varias personas, entre ellas un varón mayor de edad al que conocía de vista, este le ofreció enseñarle la nave y le llevó a un cuarto sin ventanas. Una vez allí, presuntamente cerró la puerta, le puso un candado y comenzó a efectuarle tocamientos y a besarle, logrando a pesar de su resistencia y de la negativa reiterada, efectuarle una felación.
Los agentes iniciaron una investigación que permitió identificar al presunto autor, ‘El Kepa’, que tras un dispositivo de vigilancia fue detenido en la propia nave. Se le intervino una pistola metálica de bolas, un teléfono móvil, juegos de llaves y un lanzadestellos para vehículos. Luego, en el registro efectuado en la habitación en la que residía, los agentes encontraron una pistola Astra del calibre 9 mm corto con un cargador con seis cartuchos, además de una caja de munición con otros 22 cartuchos del mismo calibre del arma, seis memorias USB y dos tarjetas de almacenamiento.
Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción Dos de Salamanca, de guardia en esos momentos, el detenido, con antecedentes, negó los hechos y alegó que frecuentaba la nave desde hacía tres años y que ese día solo abroncó al menor porque estaba comiendo pipas y tirando las cáscaras al suelo, de manera que estaba ensuciando la estancia. Según su versión, el menor lo habría denunciado por esta circunstancia. Quedó en libertad provisional aunque investigado por delitos de detención ilegal, contra la libertad sexual y tenencia ilícita de armas.
Solo unos días después la noticia de su muerte corría como la pólvora. El 1 de noviembre el joven cogió su Renault Megane R26R y a la altura del kilómetro 457, en Villar de Plasencia (Cáceres), se estrelló contra un camión y quedó literalmente bajo él. El siniestro se produjo a las 13.00 horas en dirección Sevilla y ‘El Kepa’ perdió la vida en el acto. Y es que, tal y como comentaron desde el parque de Bomberos de la Diputación Provincial de Cáceres, tres cuartas partes del vehículo acabaron en los bajos del vehículo pesado, cuyo conductor resultó ileso. De hecho, los efectivos realizaron enormes esfuerzos hasta que lograron sacar, con la ayuda de herramientas hidráulicas, el turismo. Hasta el lugar indicado acudieron, además, patrullas de la Guardia Civil, una unidad medicalizada y una unidad de soporte vital básico con base en Plasencia.
Tras la autopsia, su sepelio se celebró el lunes este lunes 18 de noviembre a las 17.30 horas y, aunque no asistió nadie de su familia, estuvieron presentes seis amigos para acompañarle en su último adiós, según confirmó su padre a LA GACETA.
‘El Kepa’ perdió la vida a un kilómetro del pueblo cacereño Villar de Plasencia y debido a que su familia no reclamó el cuerpo en un primer momento, un juez obligó al ayuntamiento de este pequeño municipio a abonar el coste del funeral: 1.400 euros. Sin embargo, a pesar de su escasa pensión y de los percances de la vida, su abuela María, a sus 84 años y vecina de San José, logró con esfuerzo reunir el dinero, un gesto que agredecieron los vecinos de pueblo y su alcaldesa. “Mi nieto no era malo, fue un niño desgraciado que desde pequeño le enseñaron a robar, era todo lo que sabía el pobrecito (...). Vivió mal y acabó mal”, manifestó la octogenaria a este diario. “Le quería con toda mi alma y Dios bendito me lo ha quitado”.
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