Tres salmantinos en la lucha contra los incendios de Canadá: «Hemos estado 5 días sin ver el sol»

Alberto García, de Salamanca capital; José María Serrano, de Peñaparda; y Gilberto Cabezas, de Villares de la Reina, son bomberos forestales de la BRIF (Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales) pertenecientes al Miteco (Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico). Los tres regresaron el viernes a España, tras quince días en Quebec interviniendo en el incendio forestal 739 de Chibougamau.

No lo dudaron y ante la grave situación del país canadiense, hace un tiempo decidieron embarcarse en una expedición integrada por 20 efectivos de Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Comunidad de Madrid y Generalitad de Cataluña para participar en las tareas de extinción.

«Tuvimos que dejar el pueblo donde dormíamos porque el fuego avanzaba hacia la carretera de acceso y si llegaba podíamos quedarnos incomunicados», señala Gilberto en declaraciones a La GACETA. Se trata de la primera vez que interviene en una misión en el extranjero y la segunda expedición internacional de las BRIF, que el pasado mes de febrero estuvieron en Chile.

«Yo en España no me he encontrado un incendio de estas magnitudes. Nosotros estábamos trabajando en un incendio de unas 50.000 hectáreas pero había otro al lado que era de 450.000, que es el que nos ha metido todo el humo, el causante de que hayamos estado cinco días sin ver el sol», manifiesta.

A su vuelta a España y ante la magnitud de los incendios que en los últimos años han asolado a España y a Castilla y León en particular, considera, las precauciones son las mismas que desde hace más de diez años viene reivindicando el colectivo de bomberos forestales: «Continuidad laboral, aunque los bomberos de la BRIF trabajamos todo el año, los bomberos forestales de Castilla y León solo trabajan durante el verano. Y gestionar el monte, pero no solo con bomberos forestales, hay que repoblar los pueblos para que vuelvan a tener vida y sean los habitantes los que con su granito de arena, como hacían nuestros antepasados, mantengan los montes 'limpios'», explica. Destaca la labor de los pastores, «que limpiaban mientras ejercían una actividad económica porque el ganado va comiendo la maleza».

«No es solo intentar limpiar el monte con bomberos forestales, que hace falta, porque en Castilla y León no hay prácticamente, también hay que hacer políticas para que la gente quiera vivir en los pueblos y lo que estamos viendo es que quieren acabar con ellos cerrando escuelas, consultorios médicos... de modo que la gente tiende a ir a la capital y los pueblos quedan para las fiestas de verano y poco más», lamenta.