Salamanca
Jueves, 21 de septiembre 2023, 08:20
Más de dos horas retirando pizarra, piedras y tierra hasta llegar a las 'esperas', como se denomina en la construcción a las partes finales de la barra de la armadura que permanecen descubiertas, las varillas de ferralla que sobresalen y que suelen ser equidistantes y que durante todo ese tiempo oprimían por las piernas -a la altura del tobillo- al obrero que este lunes resultó sepultado tras el desprendimiento de un enorme talud en las instalaciones de una fábrica de embutidos sita en la carretera de Cespedosa, en Guijuelo. Un trabajo titánico que aunque desde el principio hizo temer por el peor de los finales lograron culminar con éxito los siete bomberos de los parques de Béjar y Guijuelo que desde que fueron alertados se emplearon a fondo hasta liberar con vida al trabajador.
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El afectado, de unos 50 años, se encontraba cimentando una obra en las instalaciones cuando se produjo el deslizamiento y resultó completamente atrapado por encima de la cintura por un amasijo de tierra, piedras y principalmente pizarra, según explican a LA GACETA los Bomberos de Béjar. A ello se unió la «mala suerte», añaden, de que justo en ese momento el trabajador se encontraba en la parte inferior de la cimentación donde estaban las 'esperas', y dentro tenía metidos los pies, por lo que todo el talud que se desprendió oprimió esas partes de ferralla contra la parte inferior de sus piernas.
Cuando los bomberos llegaron al lugar, el obrero se encontraba consciente y así permaneció todo el tiempo hasta su liberación. Eso sí, con muchos dolores provocados principalmente por las fracturas que presentaba al menos en una de sus piernas. El rescate fue muy laborioso porque aparte de desenterrarlo entero hubo que llegar justo hasta por debajo de sus pies, y luego seguir excavando para poder cortar esas ferrallas y sacarle al fin los pies.
«Él estaba consciente en todo momento con muchos dolores, claro, y luego una vez que se le pudo liberar, y pudo mover un poco el tren inferior de las piernas, con más dolores todavía», manifiestan los bomberos: «Había que moverlo con mucho cuidado y en cuanto lo liberamos hubo que colocarle en una camilla y hacer la extracción manual», añade.
Al laborioso rescate, en el que participaron dos retroexcavadoras y una grúa para retirar una piedra de grandes dimensiones que estaba en riesgo de caer encima del trabajador, se unieron las tareas de retirada del material para que no cayera de ninguna otra parte, porque había un talud de 7 u 8 metros de altura que estaba próximo, de manera que los bomberos tenían que ir controlando que no se siguiera desprendiendo para así evitar males aún mayores.
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«El rescate fue sorprendente, porque al irle desenterrando, íbamos viendo que incluso tirando un poco de la parte de las botas que llevaba -botas de obra y de goma- no se movía... por muy atrapado que estuviera con la cantidad que tenía de tierra, lo lógico es que hubiera podido mover las piernas tirando un poco de las botas y ayudando... luego ya al seguir excavando, descubrimos que estaba atrapado por las varillas de ferralla, varillas gruesas de 25 o 30 milímetros cada una», explican los bomberos.
La liberación del trabajador fue posible gracias a la premura de los bomberos y a su buen hacer, sin que se conozcan por el momento las causas del desprendimiento, algo que deberá determinar la investigación a cargo de la Guardia Civil.
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El operario permanece en la UCI
El trabajador afectado fue trasladado al Hospital de Salamanca en UVI Móvil de Sacyl. Este miércoles a mediodía permanecía en la UCI y su pronóstico era grave, según fuentes médicas.
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