Seis meses de prisión por amenazar a un menor y sacarle una pistola porque había tenido relaciones con su novia

El Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca ha acogido el acuerdo entre las partes en la condena a imponer a D.P., el joven acusado de amenazar a un menor con mensajes de extrema violencia, además de interceptarle en la calle y mostrarle una pistola en Salamanca.

El acusado se ha mostrado conforme con la pena acordada: seis meses de prisión y tres años de alejamiento e incomunicación con respecto al menor por un delito de amenazas graves.

La conformidad entre las partes comprende además la suspensión de la pena de prisión por plazo de dos años, de manera que no podrá volver a delinquir en este tiempo, de lo contrario ingresaría en prisión.

Los hechos ocurrieron en enero de 2023, cuando el acusado -con cuatro condenas previas aunque no computables a efectos de reincidencia - se enteró de que la chica con la que salía había tenido relaciones con el menor en cuestión.

A partir de ese momento, comenzó a acosarlo mediante mensajes, redes sociales e incluso con encuentros presenciales en los que, presuntamente, llegó a exhibir un arma de fuego.

En concreto, el 2 de enero del citado año 2023, le envió hasta 18 mensajes de audio a través de WhatsApp en los que profirió frases del tipo: «Te voy a partir la p*** cabeza», «te hago dos p**** agujeros», «te piso la cabeza hasta que te salgan los p**** sesos» o «te empiezo a pisar la cabeza hasta que te salgan los p**** sesos, hijo de la gran perra», entre otros.

Dos días después, el 4 de enero, le envió nuevos mensajes de audio en tono aún más agresivo: «Va a ser llegar y partirte los morros, te vas a arrodillar, te violo y te mato». Aquel mismo día, le esperó aunque no llegó a dirigirse a él al estar acompañado por una educadora de un centro de menores.

El episodio más grave tuvo lugar el día 23 de ese mismo mes de enero, prosigue el fiscal, cuando el menor salía del centro educativo junto a otra educadora.

El acusado lo interceptó entonces, lo agarró del brazo e intentó llevárselo, mostrándole una pistola que portaba en el cinturón.

Aunque no se ha podido acreditar si el arma era real ni sus características, el menor declaró haber sentido «miedo» por las amenazas sufridas.