SALAMANCA
Sábado, 25 de mayo 2024, 18:07
F.R.A., el salmantino acusado de agredir a su expareja en presencia de su bebé en en junio del pasado año, ha sido declarado inocente. Así lo informan fuentes del caso a LA GACETA en referencia al procedimiento que fue juzgado el pasado día 9 por un violento episodio presuntamente ocurrido en Puente Ladrillo cuando el acusado discutió con la mujer -ambos padecen una discapacidad psíquica- y, según mantuvo ella en el juicio, le propinó un tortazo cuando tenía a la niña en brazos y, tras poner a la pequeña a salvo, la agarró por el cuello y la empotró contra la pared. Por su parte él negó tal agresión.
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La Fiscalía le acusaba de un delito de malos tratos por el que le pedía una pena de nueve meses y un día de prisión y la acusación particular un año de prisión, mientras que la defensa solicitó la libre absolución.
Finalmente, la juez de lo Penal número Dos de Salamanca señala en su sentencia que no ha quedado acreditado que la agrediera durante la discusión que ambos mantuvieron. La juez tiene además en cuenta que los hechos fueron denunciados días después, no se presentó parte de lesiones y no hay testigos directos.
Tras la declaración del acusado que tan solo reconoció haber golpeado una mesa por «los nervios», le tocó el turno a la denunciante que dijo que le había dado «un tortazo» mientras tenía a la niña en brazos. Tras dejarla a un lado para protegerla, la siguió agrediendo: «Me agarró por el cuello y me empotró contra la pared». Acto seguido ella llamó a sus padres y a la Policía que acudieron al domicilio.
Tanto el padre como la madre de ella corroboraron su versión, aunque no fueron testigos de la agresión, pero sí dijeron haberla encontrado llorando junto a la niña cuando llegaron a la casa, donde estaba la mesa y las gafas de ella rotas. «Nos llamó pidiendo socorro porque le había pegado, fuimos a su casa y estaba llorando con la niña abrazada», manifestó su padre, que aseguró que si no denunciaron ese mismo día fue porque el padre de ella «les pidió de rodillas que no la denunciaran porque lo metían preso (por su hijo)». «La propia policía vio que ella tenía una mano marcada en la cara y la niña un roce del golpe que él le dio hasta que la protegió, según nos ha contado ella», declaró por su parte la madre que señaló que cuando llegaron a la casa se encontraron con la misma escena, con la mujer llorando con la niña en brazos, y que el padre de él les «rogó» que no lo denunciaran.
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El padre del acusado se acogió a su derecho a no declarar, mientras que los agentes señalaron que cuando fueron al domicilio, el día de los hechos, les recibió la mujer que les dijo que su pareja la había agredido y que tenía la mejilla «un poco enrojecida». A preguntas de la defensa, uno de ellos señaló además que, tras la presentación de la denuncia, ella solicitó medidas cautelares y también una orden de protección, lo trasladaron al Juzgado de Instrucción número Tres (especializado en violencia de género) que desestimó tales medidas.
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