‘Pepito’, conocido delincuente salmantino, a juicio por abusar de una niña a la que decía que “todo era un juego”

Conocido como ‘Pepito’, J.A.B. cuenta con un nutrido expediente delictivo, en el que acumula numerosos antecedentes por delitos varios, entre ellos por traficar con drogas en la cárcel de Topas, donde estaba interno, junto al resto de la banda liderada por el entonces cura del penal detenido y condenado tras haber sido pillado con 387 gramos de hachís en el calcetín para distribuir entre los reclusos de la prisión. Pero también por una oleada de robos en casas de la provincia en el verano de 2019. ‘Pepito’ vuelve a ser actualidad, esta vez por enfrentarse a una condena de doce años de prisión que le pide la Fiscalía por abusar de la hija de su expareja y exhibir su miembro ante ella, cuando esta contaba entre 10 y 12 años de edad, amenazándola con que si contaba lo que había pasado, su madre le pegaría, le echaría la culpa a ella, no la creería y diciéndole además que “todo era un juego”. El juicio ha sido señalado para el próximo 24 de febrero.

El Ministerio Fiscal recoge en su escrito de calificación provisional, al que ha tenido acceso LA GACETA, que el procesado, J.A.B. alias ‘Pepito’, mantuvo una relación sentimental con la madre de la menor entre julio de 2016 y diciembre de 2017. Durante ese tiempo, ambos convivieron con la menor, que tenía entonces entre 10 y 12 años, en domicilios de Garrido Sur y de la Chinchibarra de la capital salmantina.

Mientras los tres residían en el domicilio de Garrido Sur, señala el fiscal, el procesado, aprovechando la relación de convivencia y la circunstancia de ser la pareja de la madre de la menor, lo que le facilitaba la comisión de los hechos y la posibilidad de doblegar la voluntad de esta, aprovechaba los momentos que se quedaba a solas con la niña para perpetrar todo tipo de abusos.

Así, aprovechó en dos ocasiones que la madre de la menor estaba en la ducha, para desnudarse de cintura para abajo y pedirle que le tocara el miembro o para decirle que le abrazara y, pese a haberle asegurado previamente que no le iba a hacer nada, realizarle tocamientos por dentro de la ropa en sus partes íntimas, impidiendo que esta pudiera retirar su mano.

Otra vez, avanzada la noche, J.A.B. fue al sofá-cama en el que dormía la menor e igualmente le realizó tocamientos, llegando en esta ocasión a penetrarla con un dedo.

Al día siguiente de este último episodio de abusos, la niña, afectada por lo que estaba ocurriendo y no sabiendo cómo reaccionar y contar lo que realmente estaba ocurriendo, manifestó que un chico en el parque al que solía ir le había realizado tocamientos.

Frente a ello, el procesado le dijo que si contaba lo que había pasado, su madre le pegaría, le echaría la culpa a ella, no la creería y, por si no fuera suficiente, le manifestó sin más que “todo era un juego”.

Finalmente, ya concluida la relación entre el procesado y la madre de la menor, a principios de septiembre de 2018 y ante el temor de que retomaran la relación de pareja, la menor contó a su madre lo que realmente había ocurrido y se presentó denuncia el 24 de septiembre de 2018.

La Fiscalía de Salamanca considera que los hechos relatados son constitutivos de un delito de exhibicionismo por el que pide que J.A.B. sea condenado a un año de prisión y de otro delito continuado de abusos sexuales por el que solicita una pena de once años de prisión, 250 metros de alejamiento e incomunicación con la menor durante nueve años y seis años de libertad vigilada una vez concluida la pena de prisión. Por último, el fiscal solicita una indemnización a la menor de 10.000 euros en concepto de daños morales.

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