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Los Juzgados de Colón acogerán este martes el juicio.
Un operario sienta en el banquillo a su jefe por el accidente que le costó la amputación de un dedo

Un operario sienta en el banquillo a su jefe por el accidente que le costó la amputación de un dedo

El trabajador limpiaba una pistola de presión en una nave de Guijuelo cuando se le disparó. Afirma que nunca le dio de alta en la Seguridad Social, ni le formó sobre los riesgos del trabajo ni le proporcionó medios de protección. Le pide siete años de prisión; la Fiscalía y la defensa, la absolución

M. C.

SALAMANCA

Lunes, 20 de enero 2025, 06:15

Un operario marroquí que sufrió la amputación parcial de un dedo al disparársele la pistola de presión que estaba limpiando mientras trabajaba sentará en el banquillo de acusados a su jefe al que acusa de un delito de lesiones imprudentes, un delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros y otro más contra los derechos de los trabajadores. Le pide una pena total de siete años de prisión, 13.500 euros de multa y casi 70.000 euros de responsabilidad civil a pagar junto con la aseguradora.

Por su parte, la Fiscalía no acusa al considerar que los hechos no son constitutivos de infracción penal, mientras que la defensa niega rotundamente los hechos imputados. Asegura que todos los testigos directos e indirectos han negado tajantemente los hechos denunciados, además de que la Inspección de Trabajo no realizó ninguna actuación al respecto, por lo que procede la absolución de su cliente.

Según ha podido saber LA GACETA, el Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca ha señalado el juicio a C.P.M. para este martes.

Relata la acusación particular, en representación del trabajador, que los hechos se remontan al 8 de febrero de 2022. Sobre las 14:00 horas, el trabajador estaba pintando en una nave de Guijuelo para la empresa de la que es titular C.P.M., cuando se le disparó la pistola de presión en el dedo índice de la mano izquierda.

El operario trabajaba para el empresario desde el 3 de enero del mismo año, fecha en la que, mantiene la acusación particular, le entregó un contrato de trabajo sin firmar y le dijo que procedería a darle de alta en la Seguridad Social, para que pudiera obtener sus papeles de residencia, lo que nunca hizo.

A mayores, asegura, la empresa no impartió formación de prevención de riesgos laborales al trabajador, no le informó sobre los riesgos del trabajo que realizaba, ni sobre las medidas de protección para el desempeño del mismo, ni le había facilitado medios de protección que garantizaran la seguridad del trabajo.

Según prosigue el relato de la acusación particular, C.P.M. le dijo al trabajador que no fuera a curarse y si iba que dijera que el accidente se había producido en su casa, que él le sacaba los papeles de residencia y trabajaría con él toda su vida.

Como consecuencia de la inyección de la pintura de alta presión, el operario sufrió amputación del segundo dedo de la mano izquierda por debajo de la cabeza del segundo metacarpiano. Precisa además que su mano dominante es la izquierda y ahora presenta lesiones que precisaron para su curación de tratamiento quirúrgico, quedándole secuelas funcionales y de perjuicio estético.

Al ser la mano dominante debe valorarse la readaptación de puesto de trabajo por parte del servicio de prevención de riesgos de su mutua o empresa. Todo ello según el informe forense de sanidad, añade.

El acusado, en el momento del accidente, tenía asegurado el riesgo de responsabilidad civil de su empresa en la aseguradora Allianz.

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