El maltratador de El Greco acepta la pena e insiste entre lágrimas a la juez: «Es ella la que me busca»

El Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca acogió este martes a media mañana la conformidad en la condena alcanzada entre las partes en el procedimiento contra M.A.B.B., el hombre detenido la pasada Nochebuena tras huir por los tejados de la calle El Greco, en el barrio de Garrido, a la llegada de la Policía tras haber discutido con su pareja y haberle quitado las llaves de casa para que no pudiera salir. Un acuerdo por el que cumplirá un año y medio de prisión (ocho meses menos de los que se el fiscal le solicitaba inicialmente) pero que el acusado aceptó entre lágrimas porque aseguró: «Es ella la que me busca».

Según informan fuentes del caso a LA GACETA, el maltratador llegó desde la cárcel de Topas a la sala de vistas llorando y con dos cartas en la mano de su su entonces pareja con el objetivo de convencer a la magistrada que él es buena persona y que es ella, su expareja, la que le busca a él continuamente, que aunque sea ella la que se le acerque es él el que acaba incumpliendo -en referencia a la orden de alejamiento que se le impuso en su momento-.

El acusado aceptó finalmente una pena de seis meses de prisión por un delito de coacciones, un año por el delito de atentado a la autoridad y 180 euros de multa por cada uno de los tres delitos de lesiones de los que se le acusaba. Además, de la indemnización a los agentes que resultaron lesionados en 301 euros a uno, 430 a otro y 360 al tercero, así como a las compañías de seguros de las comunidades de vecinos afectadas. Eso sí, en la pena de prisión, señalan las fuentes, se le descontará el tiempo que lleva ya cumplido en situación de prisión provisional, casi seis meses.

El rocambolesco suceso tuvo lugar el día de Nochebuena de 2022, sobre las 17:30 horas, cuando M.A.B.B. se encontraba en el domicilio de su entonces pareja, en la calle del Greco, y empezaron a discutir. Durante la riña, el varón impidió en todo momento a la mujer salir de la habitación en la que estaban, llegando a quitarle las llaves de casa.

Al llegar una patrulla de la Policía Nacional alertada por una llamada de la víctima, el acusado huyó para evitar que los agentes le encontraran allí, en su creencia de que seguía en vigor una medida de alejamiento respecto de la perjudicada que en realidad había dejado de tener ya efecto.

En su huida, accedió al tejado de un edificio próximo, provocando numerosos daños en las tejas, y de allí pasó a la terraza de otro, donde fracturó una ventana, para, luego, descolgarse hasta un pequeño ventanuco de otro bloque a través del que, tras romper el cristal, accedió al cuarto de máquinas del ascensor. Fue localizado allí por los policías y, con un trozo de cristal en la mano, amenazó a los agentes diciéndoles: «Os rajo». Mostrando gran agresividad, los agentes tuvieron que sacarlo a la fuerza, resultando lesionados dos de ellos.

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