A juicio en Salamanca por timar a una pareja con un próspero pero falso negocio de trasplante y cuidado capilar

La Audiencia Provincial de Salamanca ha señalado para el próximo mes de septiembre el juicio contra un hombre acusado de estafar a una pareja tras proponerle un próspero negocio de trasplantes y cuidados capilares. La Fiscalía de Salamanca acusa a J.M.L.G. de un delito de estafa por el que le pide una pena de tres años de prisión y 22.200 euros de indemnización para los perjudicados. El juicio ha sido señalado para el próximo día 18, a partir de las 12:00 horas.

Según recoge el fiscal en su escrito de calificaciones provisionales, los hechos se remontan al pasado año 2020. El 20 de junio de ese año, una pareja contactó con un intermediario que ofrecía participar en una franquicia consistente en un negocio de peluquerías. Esta persona les puso en contacto con el jefe y CEO de la franquicia, el acusado J.M.L.G., que les informó del coste de la franquicia y les ofreció otra distinta si disponían de más dinero, destinada al negocio de los trasplantes y cuidados capilares que supuestamente tenía más perspectiva de ganancias.

En principio les dijo que el coste de esta última era de 100.000 euros más el IVA. Después de mostrarles las instalaciones de una clínica ya montada y exponerles el negocio, la pareja le dijo que no disponía de ese dinero, a lo que el acusado, que no tenía intención seria de cumplir lo que pactaran sino simplemente de beneficiarse de lo que pudiera de ellos obtener, fue bajando el dinero que pedía por la participación en el negocio y les ofreció poder abonar solo el 50% para iniciar el proyecto y que podrían pedir un préstamo de 70.000 euros.

Después de contactar con el prestamista, no llegaron a un acuerdo y no pudieron obtener dicho préstamo. Entonces se pusieron en contacto con J.M.L.G. y este les ofreció esta vez participar él mismo en la operación aportando un 50% y ellos en un 50%, por lo que inicialmente solo tendrían que invertir 25.000 euros, fiel a su idea de ir sacando el dinero que pudiera a la pareja.

Poco después, les dijo que solo le entregaran 20.000 euros y el resto lo utilizaran para viajar a su país (Bolivia) y traer el resto del dinero.

Y así, el 24 y el 25 de agosto de ese año la pareja realizó dos transferencias de 15.000 y 5.000 euros respectivamente a una cuenta bancaria a la que el acusado tenía total disponibilidad.

Cuando empezaron a montar la franquicia, el acusado siguió con su ardid. Hicieron un contrato de franquicia el 5 de julio que ampliaron al 24 de agosto del mismo año, cuando la pareja aportó los 20.000 euros y después se pusieron a buscar un local de negocio en Salamanca donde supuestamente comenzaría la actividad. Los afectados encontraron uno que les convenía en la calle Gran Vía, pero como el arrendador exigía fianza para el alquiler, les dijo que firmaran ellos el contrato de alquiler del local y que pagaran la fianza de 2.200 euros, que luego se la devolvería.

Ni devolvió la fianza, ni el negocio llegó a ponerse jamás en marcha, porque nada hizo el acusado para que así fuese, como era su plan desde el principio.

Con posterioridad, concluye el fiscal, el acusado dejó de atender totalmente a las comunicaciones que lógicamente le requería la pareja y se desentendió de la operación.

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