A juicio en Salamanca por pedir «10 € y un polvo» a su ex a cambio de no difundir fotos y vídeos subidos de tono

El Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca ha señalado para hoy el juicio contra un hombre acusado de coaccionar a su exnovia, con la que mantuvo una relación de pocos meses, amenazándola con difundir imágenes y vídeos sexuales si no le daba el dinero que le pedía e incluso si no accedía a mantener sexo con él. Primero le pidió 10 euros, luego 30 y finalmente 130, señala la Fiscalía, a lo que la acusación particular añade que además le exigió «un polvo» y que le masturbara. Todo ello en apenas cuatro días, hasta que la víctima lo denunció.

La fiscal solicita para el acusado, M.A.G.G., un año de prisión, tres años sin armas y tres más de alejamiento e incomunicación con la víctima por un delito de coacciones. La acusación particular le considera autor de un delito de amenazas y eleva la petición a tres años de cárcel y solicita 3.186 euros de indemnización por el daño moral y los perjuicios. La defensa solicita la absolución.

Según recoge la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, al que ha tenido acceso LA GACETA, M.A.G.G. mantuvo una relación sentimental con la víctima y una vez finalizada, desde el pasado 18 de enero y hasta el día 22 de ese mismo mes envió mensajes desde su teléfono al de la víctima exigiéndole dinero para no divulgar imágenes íntimas de ella. De este modo, logró que la mujer le entregara 20 euros el 18 de enero, 30 el 19 y 130 el 21.

La acusación particular precisa que la pareja mantuvo una relación de apenas unos meses, desde el verano y hasta septiembre de 2021. Señala además que el acusado acumula antecedentes penales por descubrimiento y revelación de secretos, antecedente que para la Fiscalía no son computables en esta causa.

El pasado 18 de enero, relata la acusación, M.A.G.G. contactó con la mujer por Instagram y le dijo que, como consecuencia de haberle bloqueado en WhatsApp, iba a difundir imágenes y vídeos íntimos de ella, de los cuales él podía disponer debiso a su relación sentimental. Fue tras esta primera amenaza cuando ella accedió a desbloquear al acusado para que no difundiera las imágenes, a lo que él respondió que no era suficiente y le espetó: «Yo quiero dinero».

En un principio, le solicitó 20 euros y ella le dijo que solo tenía 6. Él le pidió entonces «10 euros y un polvo», aceptando ella a mantener relaciones sexuales con él y entregarle los 6 euros a fin de que borrara todas las conversaciones y vídeos que tuviera en su poder. Como el acusado no obtenía respuesta firme a sus chantajes por Instagram, comenzó una conversación con la víctima por WhatsApp.

Ese mismo día, ella fue a casa del acusado para darle los 6 euros. Bajo la excusa de que tenía la regla y siguiendo las instrucciones que le imponía el acusado, accedió a masturbarle para que borrase todas las conversaciones y vídeos en su presencia.

Tras ello, el acusado le dijo que se marchase y que le tenía que dar 20 euros más para que borrase todo el material. Ella accedió a su petición y le entregó 20 euros que depositó en la ventana del piso del acusado donde este los recogió.

El 19 de enero, un día después de que ella le entregara 26 euros, el acusado le pidió 30 euros más. Ella accedió a esta nueva exigencia y le depositó el dinero en el mismo lugar.

La víctima le suplicó en repetidas ocasiones que borrase todo, que se olvidase de ella y que la dejase en paz. Pese a lo que el 21 de enero el acusado le exigió 120 euros y luego 10 euros extra por el hecho de «olvidarse de ella». La víctima aceptó y le entregó los 130 euros que dejó en la ventana de su piso. Una vez el acusado recogió el dinero, este le envió una captura de pantalla para demostrarle que había vaciado el chat de WhatsApp.

El día 22, bajo la falsa creencia de que la perjudicada le había bloqueado en WhatsApp, él le escribe de nuevo para advertirle de que aún poseíae las tres conversaciones, imágenes y videos íntimos, y que los iba a difundir. Finalmente, ella le comunica que se lo ha contado todo a sus padres y que se dirigía a Comisaria a denunciar los hechos.

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