SALAMANCA
Jueves, 24 de octubre 2024, 06:30
J.F.T.C., un ecuatoriano de 38 años con antecedentes por violencia doméstica, estafa y quebrantamiento de condena, se sentará el próximo martes en el banco de acusados por enfrentarse a los policías que acudieron a la casa en la que trabajaba su expareja tras ser alertados por esta de que el varón la había perseguido primero por la calle y luego no dejaba de llamar al telefonillo, encarándose este finalmente con los policías.
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La Fiscalía de Salamanca solicita un año y medio de cárcel por un delito de atentado, así como seis meses de multa con una cuota diaria de 12 euros (2.160 euros) por dos delitos leves de lesiones. Además de indemnizaciones a los agentes que resultaron lesionados, la Fiscalía interesa su expulsión de España en sustitución de toda la pena con prohibición de regreso a España en el el plazo de 7 años a contar desde la fecha en que la expulsión se materialice.
Según recoge el fiscal en su calificación provisional, al que ha tenido acceso LA GACETA, sobre las 21:00 horas del pasado 7 de abril, una dotación de la Policía Nacional se personó en un domicilio del centro de la ciudad donde una mujer decía haber sido perseguida por su expareja por la calle y una vez que estaba en la casa en la que trabajaba, no dejaba de llamar al telefonillo pese a la orden de alejamiento que, según ella, tenía en vigor. En el lugar se encontraban ya dos agentes de la Policía Local con el acusado.
Los funcionarios de Policía Nacional bajaron del vehículo oficial para apoyar a los agentes de la Policía Local, ya que J.F.T.C. estaba violento, de hecho sus compañeros lo tenían cogido por los brazos.
Mientras los primeros se quedaron custodiando al acusado, los segundos subieron al domicilio para entrevistarse con la mujer, solicitando los agentes al acusado que depusiera su agresiva actitud, ya que profería insultos del tipo: «Pinches cabrones, hijos de puta, me estoy quedando con vuestras caras, os vais a enterar», intentando zafarse para huir.
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En un momento dado, el acusado lanzó un cabezazo contra uno de ellos, que lo logró esquivar, por lo que los policías introdujeron al acusado en el portal del edificio, pese a su fuerte resistencia.
Seguidamente, la dotación comprobó que la orden de alejamiento a la que se refería la mujer aparecía como cesada, deteniendo al acusado por atentado a agentes de la autoridad, ante lo que de nuevo el acusado intentó escaparse.
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