La Fiscalía acusa a un profesor de la Universidad de Salamanca de agresión sexual a una alumna, le pide dos años de prisión y 3.000 euros de indemnización

La Fiscalía de Salamanca solicita dos años de prisión para un profesor de la Universidad de Salamanca por un delito de agresión sexual. El Ministerio Fiscal acusa al docente, a día de hoy ya jubilado, de realizar tocamientos en sus partes íntimas a una alumna que acudió a verle en busca de asesoramiento, así como de besarla cerca de la boca y llegar a decirle que estaba «excitado». El Ministerio Público le pide además por estos hechos pena de inhabilitación especial para cualquier empleo o cargo público relacionado con la actividad docente por un periodo de tres años, así como la prohibición de comunicarse por cualquier medio y de aproximarse a la afectada, a su domicilio o a cualquier otro lugar en el que se encuentre por un periodo de tres años. Además de ello, solicita que se le imponga la medida de libertad vigilada consistente en sometimiento a control judicial a través de la participación en programas formativos de educación sexual igualmente por tiempo de tres años y el pago de las costas.

Respecto a la responsabilidad civil solicita que indemnice a la afectada con 3.000 euros en concepto de daños morales por la intromisión en su indemnidad sexual y señala que de dichas cantidades responderá en concepto de responsable civil subsidiario la Universidad de Salamanca.

Según relata el fiscal en su escrito de calificación provisional, los hechos tuvieron lugar sobre las 20:00 horas del día 20 de diciembre de 2022. Una estudiante de primer curso acudió a las dependencias universitarias para recibir asesoramiento sobre una práctica, entrevistándose por tal motivo con el ahora acusado, J.G., quien, por aquel entonces, ostentaba la condición de profesor titular.

En este orden de cosas, y tras acceder a su despacho, el acusado cerró la puerta, tomando asiento junto a la referida estudiante, realizándole seguidamente una serie de preguntas sobre su vida personal, hasta que en un momento dado, movido por el ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, empezó a realizar tocamientos en la zona interior del muslo izquierdo de la estudiante, subiendo la mano hasta llegar a tocarle el pecho, quedándose la joven totalmente bloqueada y sin saber cómo reaccionar, hasta que finalmente decidió levantarse de la silla. J.G. se incorporó igualmente y le dijo al oído: «Estoy excitado». Acto seguido, prosigue el fiscal, el acusado aprovechó su proximidad corporal para darle un beso en la cara, concretamente cerca de su boca, lo que provocó que la joven abandonara inmediatamente el lugar de los hechos.

Según informan fuentes del caso a LA GACETA, tanto en este caso como en otro anterior, las jóvenes se quejaron a la Universidad, que puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía, esta abrió diligencias de investigación y formuló denuncia en el Juzgado. La primera denuncia se archivó porque la supuesta víctima no ratificó su denuncia y la segunda -la que ha motivado el citado procedimiento- está pendiente de juicio.